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LOS INCIDENTES DEL BERNABÉU

El Borussia Dortmund pide un 0-3

La UEFA parece inclinarse por una multa Los alemanes exigieron la supensión y estuvieron a punto de no jugar

Carlos Arribas

, El Borussia Dortmund presionó con todos los medios a su alcance a la UEFA para que se aplazara el partido del miércoles con el Real Madrid después de la rotura de la portería. No logrado ese objetivo, el club alemán inició ayer la batalla legal por el caso de la portería del Bernabéu con una reclamación ante la UEFA en la que exige que se anule su derrota por 2-0 y se fije 0-3 como resultado oficial del partido de Liga de Campeones. La UEFA, cuya Comisión de Disciplina se reunirá el domingo, no parece muy propensa a atender tal reclamación, según fuentes consultadas. Considera un asunto secundario el retraso, un fallo de organización sin más. Lo que realmente preocupó a sus dirigentes fue la falta de seguridad que observó en las gradas del Bernabéu y la intuición de que el club blanco había vendido más entradas de pie de las permitidas.El club madridista no saldrá indemne de la batalla. Aparte del castigo de una fuerte multa (hasta 50 millones de pesetas) por los hechos que condujeron a que el encuentro comenzara con 75 minutos de retraso, la UEFA advertirá con contundencia al Madrid, incluso amenazándole con no permitirle jugar en el Bernabéu su próxima eliminatoria europea, de que debe resolver cuanto antes los problemas de su estadio, la existencia de plazas de pie y la venta de más entradas de las permitidas.

El argumento del Borussia para exigir el 0-3 es que el retraso no fue debido a un problema de fuerza mayor, sino a fallos organizativos -falta de portería de respuesto-, responsabilidad del equipo anfitrión. Y se sienten perjudicados por ese retraso. "Los jugadores tuvieron que recluirse en el vestuario, se desconcentraron y echaron a perder su preparación física. A diferencia de los equipos españoles no somos un club que pueda jugar al fútbol a las 23.30", dice el presi dente del equipo alemán, Gerd Niebaum, quien añade que el partido fue una "farsa". "Un retraso de una hora debe invalidar el partido. Un club de categoría mundial, como el Real, tiene que preocuparse por una realización reglamentaria del partido. Hemos sido perjudicados de forma grosera por culpa del equipo anfitrión".

La batalla legal comenzó oficialmente con ese recurso, pero en realidad el club alemán la había iniciado en el mismo momento en que cayó la portería. Una vez reemplazada, el Madrid salió a calentar con prontitud, mientras los jugadores del equipo alemán seguían en los vestuarios. Nevio Scala, su entrenador, se negaba a jugar el partido. "No salimos de aquí", dijo. Para convencerle, la UEFA le recordó que era una incomparecencia injustificada y que se le darla el partido por perdido por 3-0. Fue la última resistencia de un equipo con bajas importantes por lesión, como las de su goleador Möller y el defensa Köhler.

Cuando los ultras sur derribaron la portería, tanto el árbitro, el holandés Mario van der Ende, como el delegado de la UEFA, el chipriota Mario Lefkaridis, dejaron claro que el partido se jugaría tardara lo que se tardara en reemplazarla. Un empleado de la UEFA se encargó de avisar a las televisiones de que no se suspendería. "Las presiones de los alemanes ante la UEFA fueron indecibles", dicen fuentes de la Federación Española presentes en los tensos diálogos que ocuparon los 75 minutos de retraso. "Querían suspender el partido a toda costa". El argumento de la UEFA era claro: dada la precariedad del Bernabéu -puesta de manifiesto por la caída de la valla que arrastró a la portería temían que que la suspensión deparara una tragedia. Además, la UEFA no observaba ninguna situación de riesgo para los Jugadores si el partido se disputaba, aunque con retraso. Tampoco en ninguna parte del reglamento de la Liga de Campeones se exige una portería de repuesto.

"Yo fui partidario de no salir a jugar", reconoce el gerente del club, Michael Meier, a la agencia alemana DPA. "Finalmente jugamos a petición de la UEFA porque se trataba de evitar una escalada de violencia. 90.000 espectadores en un estadio son imprevisbles". "Una suspensión podría haber tenido consecuencias muy graves", dice el presidente Niebaum. "Esto no puede quedar sin consecuencias. Si la UEFA persigue cualquier nadería como lo de tirar cohetes, no puede consentir que en el futuro el equipo anfitrión diga que esperen los otros. Por eso, para asegurar la igualdad de oportunidades, la UEFA debe darnos la razón".

El Borussia comenzó justo después del partido la preparación de su argumentación a hechos pasados. A las 00.45, miembros de la delegación alemana acompañados de un empleado de la UEFA salieron a medir las porterías. El árbitro sólo había pedido medir la nueva, pero los alemanes midieron ambas y comprobaron que la que había resultado indemne medía tres centímetros menos de alto. En lugar de los 2,44 metros reglamentarios desde la parte inferior del larguero hasta el suelo, medía 2,41. Este hecho también lo han transmitido a la UEFA como argumento para solicitar una repetición del encuentro y poniendo como precedente el caso del Spartak de Moscú-Sión de la Copa de la UEFA de esta temporada que debió ser repetido.

La UEFA tampoco dará una gran importancia a este problema. Recuerdan que la portería del Spartak era 12 centímetros más baja y que ya habían advertido de la cuestión al club ruso. "Si se empieza a medir las porterías de todo el mundo, ninguna mediría exactamente 2,44", dicen. "Dos o tres centímetros son una desviación normal".

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Sobre la firma

Carlos Arribas
Periodista de EL PAÍS desde 1990. Cubre regularmente los Juegos Olímpicos, las principales competiciones de ciclismo y atletismo y las noticias de dopaje.

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