Gómez de Liaño se escuda en el fiscal para eludir una posible prevaricación por su actuación en Sogecable

El juez de la Audiencia Nacional Javier Gómez de Liaño, que declaró ayer, durante más de cuatro horas, en el Tribunal Supremo como imputado en una posible prevaricación judicial por su actuación en la instrucción del caso Sogecable, se escudó en los informes del fiscal adscrito a la causa, Ignacio Gordillo, para negar que hubiese incurrido en ese delito, consistente en dictar conscientemente resoluciones injustas. Liaño, que actuó como defensor de sí mismo, adoptó una actitud crispada en algunos momentos e incluso llegó a apelar a sus 25 años de carrera y a ser "hijo de magistrado" como argumento para negar que hubiese desobedecido al tribunal que le ordenó levantar el secreto sobre las actuaciones del caso Sogecable.Liaño llegó al Tribunal Supremo con veinte minutos de antelación sobre la hora prevista, las 10 de la mañana, pero aún así fue profusamente fotografiado. Permaneció solo, sentado a la puerta de un antiguo tribunal utilizado hoy para tomar declaración a los aforados. Una sala por la que han pasado desde el ex ministro José Barrionuevo y los demás procesados del caso Marey, hasta algún imputado por el propio Gómez de Liaño, como el teniente general Emilio Alonso Manglano, y uno de cuyos últimos visitantes fue el también magistrado Pascual Estevill.

Liaño fue interrogado en presencia del juez instructor del Tribunal Supremo, Joaquín Martín Canivell, por los abogados Matías Cortés, Horacio Oliva y Antonio González-Cuéllar, representantes legales de los querellantes, Jesús de Polanco, presidente de Prisa; y los consejeros de Sogecable Juan Luis Cebrián, Gregorio Marañón y Francisco Pérez González. El fiscal, Luis Benéytez, no formuló preguntas.

Durante la declaración, los abogados de Sogecable repasaron las actuaciones de Liaño que la propia Audiencia. Nacional calificó de "Irrazonables, inadecuadas, desproporcionadas y arbitrarias", particularmente una nueva declaración del secreto sumarial cuando la Audiencia había ordenado levantarlo. También examinaron la resolución que prohibió salir de España sin permiso a Jesús de Polanco, la fianza de 200 millones de pesetas acordada en contra del criterio del entonces fiscal del Estado y la dilación en la instrucción de la causa.

Reacción airada

Cuando, al hilo de la declaración, el abogado Horacio Oliva cuestionó si a la hora de justificar sus resoluciones daba más crédito al criterio del fiscal que a la Sala de lo Penal, que llegó a corregirle hasta en siete ocasiones, Liaño reaccionó de forma airada. "Hace 25 años que estoy en la carrera judicial, soy hijo de magistrado y me he criado en un. palacio de justicia, por lo que jamás faltaría al respeto a un tribunal", replicó.

Al término de la declaración, el abogado Matías Cortés aseguró que Gómez de Liaño no había aclarado nada: "Él ha justificado sus decisiones diciendo que estaban ya justificadas en los autos que dictó. Naturalmente, no está de acuerdo con que haya prevaricado, y lo que cree es que ha hecho las cosas muy bien", ironizó el letrado.

Por su parte, Gómez de Liaño informó a los periodistas que había defendido la legalidad de su actuación, y que todas sus resoluciones fueron motivadas, ajustadas a derecho y contaron con el apoyo de la Fiscalía. El juez imputado pidió al instructor que cite a declarar cuanto antes a los fiscales Ignacio Gordillo y Eduardo Fungairiño, que avalaron sus actos.