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BALONCESTO

Explosivo Estudiantes

El club madrileño firma una exhibición ante el Joventut

Por segunda vez en 10 días, el Joventut intentó lo imposible, pero esta vez no le salieron las cuentas. Sobre todo porque eligieron un mal día para enfrentarse al Estudiantes. Una mañana en la que el equipo madrileño decidió emerger de sus dudas recientes y cuajar un soberbio partido. Tuvo Estudiantes una de esas actuaciones mágicas, donde durante hora y media se conjuntan los astros y un equipo consigue que todas sus cualidades se muestren al unísono conformando un conjunto poderoso y explosivo.Andaba herido Estudiantes en la clasificación y en su orgullo. El asunto Fajardo había sumado a sus últimas derrotas un componente adicional de reivindicación. Su semana de protesta debía refrendarse con un éxito que no convirtiese su pulso con la ACB en una mera rabieta.

Todo ello provocó una puesta en escena espectacular. Salió dispuesto a arrasar con todo lo que se pusiese por delante, arbitraje incluido, y en trece minutos tenía el partido patas arriba (41-22).

Comandados por la mejor versión de Azofra, Estudiantes desplegó un vendaval de juego, decisión, intensidad y acierto. Todo lo que intentaban salía bien, con la dificultad de que sus movimientos se desarrollaban a enorme velocidad. Cuando todavía faltaba gente por llegar, Estudiantes ya había dado el primer toque de atención: en el tercer minuto de juego, tres contraataques consecutivos concluyeron de idéntica manera, con Thompson (dos veces) y Azofra logrando escalofriantes triples en carrera. Diluviaba en la canasta del Joventut y Toolson intentó abrir el paraguas con otros dos tiros de tres puntos, pero era mucho lo que caía como para que un sólo jugador pudiese evitar los desperfectos. La anotación del Estudiantes aumentaba a la misma velocidad que imprimía Azofra. En el minuto nueve el Joventut encajaba su punto número 30. Julbe decidió que era hora de dejar de reservar a Turner, aquejado de gripe, pero su salida coincidió con la de Whisby, que reaparecía.

El norteamericano del Estudiantes estalló de inmediato. La primera vez que cogió la pelota fueron dos puntos. En la segunda reventó la canasta con un mate sideral para acabar otro contraataque de los madrileños. Pese a los esfuerzos de Tanoka Beard, imparable para Vandiver o De Miguel, el Joventut se encontraba de nuevo en una situación desesperada (46-25, minuto 15).

Veinte puntos son muchos, pero en el caso del Joventut parecen menos. Los de Julbe tienen un estilo singular por el cual las diferencias en el marcador se amplian o reducen a un ritmo desconocido en nuestra Liga. Sus ataques de 10-15 segundos, las transiciones meteóricas de Turner o el gusto general por el tiro de tres puntos componen un cuadro peligroso. Para el contrario y también para ellos mismos, que de igual forma que dan vida a un partido moribundo, dilapidan sus opciones en unos cuantos ataques poco razonados.

Le falta al Joventut una segunda velocidad, un poco más pausada, que ayer se echó en falta cuando con Turner y Beard en sintonía, hicieron a todos recordar el partido de Vitoria (61-54, minuto 27). Entonces surgió de nuevo la figura de Thompson.

Su temporada esta siendo ejemplar. Limados algunos aspectos de su juego, como cierta tendencia a la precipitacion, el norteamericano se ha convertido en un seguro para su equipo. A sus habituales y siempre bienvenidos excesos físicos ha unido una cada día mayor seguridad en su tiro y una presencia asegurada en los momentos calientes. Con el Joventut asomando sus garras, Thompson salió del banquillo para clavar un triple y una entrada a canasta marca de la casa. Estudiantes tomó aliento y otro triple de Escudero acabó con la discusión (81-62, minuto 34).

Estudiantes ganó el partido, superó el basket-average con el Joventut y recupera el importante tercer puesto en la tabla. Pero lo mejor fue la constatación de sus grandes posibilidades, de su capacidad para generar un baloncesto de alto voltaje. También esto está al alcance del Joventut, que en esta ocasión pagó su lentitud para ponerse en marcha. Con un Estudiantes como el de ayer, esto resulta mortal de necesidad.

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