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FÚTBOL 31ª JORNADA DE LIGA

El Mallorca se emplea lo justo

El equipo isleño dejó en evidencia los problemas del Oviedo

El Mallorca le hizo una radiografía exacta y clarificadora al Oviedo de la situación por la que atraviesa. El equipo mallorquín, que durante toda la pasada semana se había preocupado más de la sexta flota norteamericana para trasladar aficionados a la final de Copa que de su rival de ayer, ganó el partido, jugó lo justo y enseñó a la afición ovetense todos los problemas que el equipo azul tiene planteados en esta recta final del campeonato de Liga.A modo de resumen, el Oviedo es un equipo que quiere y no puede. Probablemente tampoco sabe, y eso quedó de manifiesto ante un rival como el Mallorca, desmotivado en la Liga, falto de tensión y de garra y con tendencia acomodaticia, en espera de su gran cita del año, la final copera ante el Barcelona. Casi podría decirse que el Mallorca ganó al Oviedo sin querer.

El primer cuarto de hora fue un espejismo. El equipo de Tabárez llegó hasta ocho veces con cierta facilidad hasta el área de Kike y tuvo dos claras ocasiones en las botas de Dubovsky y González. El Mallorca jugaba andando y ni siquiera se preocupaba del chaparrón. Muy pronto empezó a darse cuenta de las carencias del Oviedo y se estiró en busca de Amato. Iba casi media hora cuando Esteban tuvo que salvar un remate lejano de Valerón, forzando un córner del que nació el gol del equipo visitante.

Desde entonces, el Mallorca apenas sí se molestó en seguir hurgando en la herida azul. Fue así como todos los defectos del Oviedo quedaron de pronto al descubierto. Se trata de un equipo que no anda, que juega con demasiados hombres por detrás del balón, que no sabe llevar la iniciativa y que se atasca en cuanto su rival le cede el bastón de mando y le cierra bien los huecos.

El segundo tiempo fue lamentable. El Mallorca no quiso emplearse a fondo en esa fase del encuentro y el Oviedo, simplemente, no pudo hacer nada más. Tabárez movió el banquillo, pero los efectos fueron casi imperceptibles en el juego.

El Mallorca, mostrando una defensa sólida que además nunca fue exigida a fondo por su rival, dejó pasar los minutos e incluso se permitió el lujo de hacer ascos a contraataques que parecían claros, con la defensa del Oviedo adelantada y fuera de sitio.

El Oviedo protestó un gol anulado a Juan González por supuesta falta a Kike al saltar con él en el área pequeña. Fue a única duda del partido, ya que todo lo demás quedó bien claro.

El Mallorca aparenta estar entero y tranquilo para medirse al Barcelona y el Oviedo, que ayer perdió su primer partido en casa en la segunda vuelta, lo va a pasar muy mal en este final de Liga, porque no depende de lo que hagan sus rivales sino de sus propias limitaciones, que cada partido se antojan muchas.

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