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Música y piedras históricas

Los conciertos del Festival de Arte Sacro sirven para difundirel patrimonio cultural de la región

Para escuchar música de la época de Felipe II, los responsables del Festival de Arte Sacro que organiza la Comunidad de Madrid optaron por la capilla de la Fundación Carlos de Amberes, muy relacionada con los Austrias. Otras sesiones de este ciclo, que da cabida tanto a la música como al teatro medieval o renacentista, se celebran en recintos igualmente históricos: siempre iglesias o plazas de cualquier pueblo de la región. Así, el festival cumple una doble función: la difusión de este tipo de arte en lugares del patrimonio cultural no demasiado conocidos. El público lo aprecia.La Fundación Carlos de Amberes, la más antigua de toda la ciudad, fue creada en 1594 por un comerciante de Flandes que llegó a la corte de Felipe II. En Madrid murió y dejó toda su fortuna para asistir a los pobres de los Países Bajos afincados en la villa. Primero con fines benéficos, y ahora, culturales, nunca ha dejado de funcionar esta institución, aunque, por culpa de un incendio en el siglo pasado, tuvo que trasladarse de la calle de San Marcos hasta la de Claudio Coello.

En este marco, más histórico que artístico, dos vihuelistas y un contratenor deleitaron a las 150 personas que permite su aforo. Una semana antes, todos tuvieron que hacer una reserva telefónica para asegurarse una de las sillas de tijera y escuchar sentados a Carlos Mena, contratenor, y a Juan Carlos de Mulder y Daniel Carranza, especializados en la vihuela, un instrumento renacentista típicamente español que dejó paso a la guitarra.

"De la música instrumental antigua española, el legado más importante que ha quedado es el relativo a la vihuela", apuntaron estos músicos, cuyo afán fue interpretar las partituras con el instrumento para el que fueron escritas. "Se trata de acercarse al sonido original. ¿Cómo vas a restaurar una fachada antigua con sintasoI?", describió uno de los músicos minutos antes de la actuación. Ellos ya han participado otras veces en este festival y constatan que la respuesta del público es cada vez mayor, En contra de lo que muchos puedan pensar, este trío certifica que la música sacra es fácil de escuchar: "Es directa, entra muy bien. Por eso es muy cercana a la gente, por lejos que esté en el tiempo". Y revelan un curioso dato: superan en ventas a Beethoven.

Que este festival tiene cada vez más público lo constataban muchos espectadores, entre los que los hombres empataban con las mujeres y los jóvenes con los menos jóvenes. Decía un arqueólogo, que lleva asistiendo a casi todas las sesiones de las ocho ediciones del festival, que hay un público fiel, que la gente ya se conoce: "Si hay que trasladarse a sitios tan insospechados como una iglesia de Cubas de la Sagra para ir a uno de estos conciertos, la gente va. Es una buena manera de promocionar el patrimonio cultural de la región. Como arqueólogo, no creo que haya mejores sitios para estos conciertos. El uso del patrimonio histórico poco conocido es maravilloso. Y, gratis". Cerca, un grupo de cuatro mujeres llevaba la cuenta de las sesiones a las que habían asistido y las que faltaban. "Siempre se llenan. En los Jerónimos, en San Manuel y San Benito...", comentaban.

Hoy la cita es en la Casa Grande de Torrejón de Ardoz, donde el grupo Aurea Lycra interpretará repertorio español e italiano de los siglos XVI y XVII. Mañana, a las 21.30, se representará El auto del descendimiento en la iglesia de San José (Alcalá, 41). El día 27, a las 20.00, el Coro de Cámara Judío de Moscú ejecutará El canto litúrgico judío en la iglesia de Santa María del Castillo de Buitrago de Lozoya. Este grupo repetirá en la catedral de Getafe, el día 28, a las 21.00, y en la iglesia de la Asunción de Galapagar, el día 29, a las 19.30. El único de estos conciertos que requiere el pago de una entrada (2.000 pesetas) es el de la Cofradía Mística de los Derviches Danzantes de Damasco, en el teatro Cervantes de Alcalá de Henares, el día 30. En un principio, este espectáculo estaba programado en el teatro Nuevo Apolo.

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