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Los franceses detenidos iban a repartir los explosivos al menos a dos grupos del 'comando Andalucía'

Los dos franceses detenidos la semana pasada en una gasolinera de Alcalá de Guadaira (Sevilla) actuaban como repartidores de material por encargo del aparato de logística de ETA y su misión era entregar una parte del explosivo al comando desarticulado en Sevilla y el resto a otro grupo asentado probablemente en Málaga o Granada.Fuentes de la lucha antiterrorista dan por "seguro" que ETA dispone en Andalucía de, al menos, dos grupos y que el aún no descubierto está dirigido por un miembro liberado (a sueldo de la organización). Sin embargo, el ministro del Interior, Jaime Mayor Oreja, también dio ayer por seguro que el comando Andalucía ha sido "desarticulado" ya que cree que ningún miembro legal o liberado ha logrado huir.

La imprevista intervención del Cuerpo Nacional de Policía, que el viernes capturó a los franceses Jean Joseph Esnal y David Claude Christian Gramont cuando iban a trasvasar parte de los explosivos a una furgoneta, dio al traste con el plan de la Guardia Civil para seguir a los repartidores.

La Guardia Civil, que sabía que Esnal y Gramont iban a realizar su primera entrega en una gasolinera próxima a Sevilla, había tomado todas las estaciones de servicio de la comarca para seguir la ruta de los dos distribuidores de explosivos. De no haber tenido que precipitar la operación, los dos franceses habrían llevado a los agentes hasta la segunda base de ETA en Andalucía.

Esnal ha sido el hilo conductor de las investigaciones, junto con la autocaravana con matrícula francesa utilizada en esta ocasión y en otras anteriores para el transporte de material desde Francia. El alquiler de este vehículo fue pagado con un cheque a nombre de Mírentxu Guimón, novia de Esnal, trasladada ayer a París para ser puesta a disposición judicial.

Las investigaciones realizadas hasta ahora apuntan a que Mikel Azurmendi y José Luis Barrios están implicados en el asesinato del concejal Alberto Jiménez-Becerril y su esposa, perpetrado en Sevilla el pasado 30 de enero. Todo parece indicar que el edil y su esposa sólo se convirtieron en objetivo de la banda una vez desechada la posibilidad de matar a la alcaldesa de Sevilla, Soledad Becerril, debido a las medidas de seguridad que la protegen.

En una reunión con la Asociación de Periodistas Parlamentarios, Mayor Oreja aseguró que no considera excepcional que entre la lista de 250 objetivos incautada al comando de Sevilla haya personas no residentes en Andalucía.

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