Capello recupera la mano dura
El técnico del Milan amenaza a sus jugadores con una concentración récord de tres semanas si no mejoran los resultados
En el Real Madrid se echa de menos la mano dura de Fabio Capello y en el Milan, también. En Italia dicen que el año que pasó en España ha cambiado el carácter del técnico. Ahora ya no está siempre enfadado o en permanente estado de tensión. Su humor se ha dulcificado y con él ha desaparecido parte de su magia. "Prefiero que me odien a que me quieran", dice siempre sobre sus relaciones con los jugadores. Si Capello grita por cualquier cosa, el vestuario está en alerta, pero si Capello sonríe el vestuario se relaja.Capello ha sonreído demasiado a juzgar por los problemas del Milan esta temporada. Pero la derrota del domingo ante el Inter (3-0) ha obligado al entrenador a retomar su viejo manual de conducta. Capello ha recuperado el látigo. La primera medida ha sido concentrar a todo el equipo en Milanello basta el partido contra el Juventus de Turín, su próximo compromiso en la Liga. Si ese día hay un mal resultado, el encierro proseguirá hasta el 8 de abril, fecha en que se jugará la ida de la final de la Copa de Italia ante el Lazio.
Capello regresó de España como vencedor de dos batallas. Volvía con un título de Liga con el Real Madrid y lograba de Silvio Berlusconi la promesa de que Adriano Galliani, director general del Milan y su mayor enemigo, no iba a interferir en las cuestiones del equipo. Lleno de poderes Capello se puso a fichar y a añorar al Real Madrid. Contrató 18 jugadores: Cruz, Ziege, Cardone, Smoje, Nilsen, Beloufa, Taibi, Braglia, Ba, Maini, Leonardo, Donadoni, Kluivert, Anderson, Ganz, Mamiero, Davids y Bogarde, aunque algunos no empezaron la temporada y fueron finalmente traspasados. Con un talonario en blanco en la mano tuvo plenos poderes para hacer un gran equipo. Siete meses después el Milan es octavo en la tabla, su juego no convence, y su presencia en Europa el año que viene no está todavía garantizada.
Pero, por si fuera poco, de nuevo el destino ha querido que la carrera de Capello vuelva a tener mucho que ver con la de Arrigo Sacchi, su gran enemigo deportivo. El año pasado por estas fechas mientras él triunfaba en el Madrid, Sacchi veía cómo su futuro en el club estaba supeditado a los resultados ante el Inter y el Juventus. Dicen que Berlusconi decidió prescindir de Sacchi el día en el que el Milan cayó con estrépito ante el equipo de Agnelli. Capello sabe que el próximo fin de semana su crédito, como en su día el de Sacchi, puede acabarse también ante el Juventus. Por eso el manual del sargento de hierro ha comenzado a funcionar.
Capello ha sorprendido a todos con una orden de reclusión total. Los motivos del encierro ha explicado que obedecen a la gravedad del momento y a la vida nocturna de muchos de sus jugadores. El técnico pasa por alto las salidas de sus jugadores si el equipo gana, pero no si pierde. Son ya 7 las derrotas este año, 9 los empates y sólo 10 las victorias, y ha llegado el momento de actuar. Dessailly, Weah, Ba y Leonardo dormirán en Milanello y al menos durante unos días dejarán de frecuentar la noche de Milán. Aunque las más enfadadas son las esposas de Costacurta, Maldini y Albertini, modelos las tres, que suelen asistir a todas las fiestas que pueden acompañadas de sus esposos.
Berlusconi ha apoyado la medida de Capello, aunque el patrón del Milan se muestra algo desencantado por la situación del equipo. "Los viejos tiempos no regresarán nunca. Ahora hay que pensar en el futuro", ha dicho en su última visita a la plantilla.
El futuro tiene varios caminos. Berluscon debe decidir entre dejar el club en manos de su hijo o por el contrario en las de Galliani. La tercera vía sería Capello, pero para ello la imagen del técnico debería mejorar.
Capello dice no estar preocupado por su futuro. Pero siempre que puede habla de España, del Real Madrid, y, claro, de los amigos que ha dejado en el club como el año pasado hablaba de Italia, del Milan y de su amigo Berlusconi.
La prensa italiana acostumbra a oirle comentar el país tan "adelantado" que es España, la ciudad tan "limpia" que es Madrid, "lo bien que se come" y las veces que su "amigo el presidente Sanz" le llama para pedirle consejo.
Un año después, tanto en Madrid como en Milán, Capello parece otro. Las fotos del técnico abrazado a Mijatovic y a Lorenzo Sanz tras la victoria madridista ante el Bayer Leverkusen denotan que ha cambiado. Ha cambiado él o su táctica.
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