MoIina: "Es nuestro sino"
Los jugadores del Atlético, disgustados por cómo se les complicó la clasificación
Sufrir, sufrir y sufrir. Pese a la clasificación, la gente del Atlético salió disgustada de Birmingham. No soportan su sino, ese complicarse la vida siempre, aun en las situaciones más favorables. Tenían el partido ganado los rojiblancos, la eliminatoria encarrilada, pero se empeñaron en jugar con su corazón, y el de sus seguidores, hasta el último minuto. Los jugadores, según confesó Toni, llegaron a los vestuarios cabreados, muy cabreados. "Es que el rollo de sufrir y sufrir", dijo Kiko, "ya empieza a dar coraje. Por momentos, se nos vino a la cabeza el fantasma del 5-4 del año pasado en Barcelona. Y el temor era real por cómo nos veíamos unos a otros. No podíamos, no llegábamos al balón"."Para ganar grandes batallas hay que sufrir", afirmó Radomir Antic, intentando dar una lectura positiva a una situación que también le molestaba. "Sólo nosotros tuvimos la culpa de haber mantenido con posibilidades al Aston Villa hasta el final. Porque tuvimos tres claras oportunidades en la segunda parte para sentenciar. Fuimos un gran equipo en la primera parte, pero en la segunda, se nos complicó todo en dos jugadas. Me disgusta haber terminado dejando la impresión de poder haber sido eliminados".
De los héroes que dejó la jornada, Caminero, por su gol, y Molina, por el que evitó ante Hendrie a siete minutos del final, sólo quiso hablar el guardameta. Caminero se negó. "Nuestro sino es sufrir", comentó resignado Molina, "lo bueno es que al menos tanto sufrimiento vale para algo. La eliminatoria, la verdad, se nos puso muy difícil. Y eso que jugamos como debíamos hacerlo, incluso en la segunda parte. Ellos se volcaron, pero nosotros aguantamos bien y salimos perfectos a la contra. Nos faltó definición. Luego, al recibir dos goles tan seguidos, te descentras un poco, pero bueno, al final la cosa salió bien".
Molina recordó así su intervención: "Hendrie recibió el balón algo escorado y controló. Yo no le veía muy bien porque tenía a alguien delante. Creo que era Prodan, me tapaba. Él intentó colocarla al segundo palo, pude sacar la mano y la desvié".
El propio Hendrie se lamentó en el mismo campo de la ocasión salvada por el portero atlético y lo comentó también después del encuentro. "En una eliminatoria que se pierde por el valor doble de un gol en campo contrario, por lo mínimo, es difícil decir cuál ha sido la ocasión clave. Pero en el momento que estábamos, tras haber marcado los dos goles en dos minutos, tendré que lamentar siempre no haber metido ese tanto. El portero español estuvo magnífico".
"No hemos sabido resolver el partido antes", afirmó también algo disgustado Geli. "En un momento, la eliminatoria se nos ha puesto cuesta arriba. La verdad es que nos han achuchado fuerte. Nos ha costado. El partido se nos ha hecho muy largo, pero hemos pasado y ya está".
"Yo sé que un día me muero con esto", dijo Gil, todavía pálido, tras el partido, "esto es terrible". El dueño del club salió satisfecho, con todo, de la actitud de su equipo. Había jugado fuerte Gil en la víspera, con frases muy duras, con amenazas, con broncas a los jugadores, y la fórmula, en su opinión, le dio resultado. "No lo puedo hacer siempre porque uno se quema. Nosotros teníamos que hablar de nuestras cosas y lo hicimos. Ellos saben que yo, cuando le hablo, les hablo de verdad. Y respondieron. Aunque nos hubieran eliminado, les habría felicitado".
Sobre lo que nadie quiso pronunciarse fue sobre el rival con el que les gustaría encontrarse en semifinales. El único que jugó a pronosticar el futuro fue John Gregory, el preparador del Aston Villa, que afirmó: "Yo creo que la final será Lazio-Atlético. El Atlético puede llegar lejos".
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.