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Hallados muertos un hombre que amenazó con suicidarse y su hijo de tres años

Fuerzas de la Guardia Civil de las localidades leonesas de Villaseca de Laciana y Villablino y del Grupo de Montaña (Greim) de Sabero recuperaron al mediodía de ayer el cuerpo sin vida de José Antonio Álvarez Frade, de 29 años, natural de Oviedo, en el cauce del río Sil, en las inmediaciones de Villaseca. A primera hora de la tarde del pasado sábado, había sido encontrado en el mismo lugar el cadáver de su hijo Adrián Álvarez Menéndez, de tres años. Todo indica que el hombre se arrojó al río desde el puente de Las Palomas y posiblemente tras lanzar antes al pequeño al vacío por el mismo cortado, de unos 82 metros.El trágico suceso, que ha conmovido a la comarca leonesa de Laciana, tiene tintes de ser un parricidio quizá provocado por los difíciles momentos por los que atravesaba el matrimonio Álvarez y como consecuencia de una fuerte discusión familiar en su domicilio de Oviedo.

La madre del niño, Rosa María, había denunciado el pasado viernes en la comisaría de policía de la capital del Principado que su marido había abandonado la casa con su hijo después de una fuerte disputa entre el matrimonio. La mujer había dicho que su esposo le había anunciado que mataría a su hijo antes de suicidarse.

El descubrimiento, el pasado sábado, de un vehículo Ford Escort, de color rojo, con matrícula 0-9855-AW, estacionado cerca del puente de Las Palomas, a unos cuatro kilómetros de Villaseca de Laciana, alertó a la Guardia Civil. Ésta confirmaría posteriormente que el coche pertenecía a Álvarez.

El mismo sábado, un hombre de origen portugués, vecino de Villaseca de Laciana, una localidad de 3.500 habitantes, avistó el cadáver del niño desde el puente. Este vecino y varios agentes de la Guardia Civil de Villaseca descendieron desde el puente hasta el río por una de sus laderas, una operación arriesgada, dado que la distancia entre el puente y el cauce fluvial es de 82 metros. Los agentes encontraron el cuerpo del pequeño enganchado en el amasijo de hierros de un viejo coche que había caído al agua el pasado año. El pequeño tenía un moratón en la frente y en la cara. Los hierros impedían divisarle con claridad.

La dificultad de los accesos al río en esta zona obligó a que se desplazaran al lugar los agentes del Grupo de Rescate e Intervención en Montaña de la Guardia Civil de Sabero. Estos últimos y varios submarinistas rastrearon infructuosamente el cauce del río hasta el anochecer del sábado. Pero ayer dieron al fin con el cadáver del hombre.

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