El Mérida sique fuerte en casa

El Mérida sigue confiando en su poderío doméstico como tabla de salvación. Visto su comportamiento lejos de casa, el conjunto de Jorge D'Alessandro profesa una fe ciega en su territorio. Ayer doblegó al Deportivo. La derrota es una bofetada para las presuntas aspiraciones europeas de los gallegos. En cambio; el Mérida continúa vivo. No pierde en el Romano José Fouto desde el 7 de diciembre. Suma ya siete partidos consecutivos arañando puntos. Ayer venció tirando del espíritu que proclama su técnico: humildad y lucha. Arropado por su público, ofrece la mejor cara. El Deportivo pasó como un conjunto sin definición, desorientado en muchas fases del encuentro y sin ambición.El partido respondió inicialmente a los compromisos verbales de los dos entrenadores. Ardor, entrega, carreras, mucho ajetreo buscando la victoria. En ésas, apenas transcurridos dos minutos, el Mérida pudo herir a su rival. Sinval, imaginativo como siempre en la banda derecha, encaró puerta y Pinillos, su marcador, resolvió por la vía expeditiva. Tarascazo y al suelo. El penalti lo desaprovechó el brasileño intuyendo Songo'o el lanzamiento.

El Mérida siguió lúcido, con salidas en bloque y rápidas. Gabrich se fajó bien con la defensa gallega y provocó un mal despeje de su par. El balón llegó a Cleber y en la misma cocina de chilena el brasileño no perdonó.

La misma tónica en el segundo periodo. No permitió el Mérida que su rival acunara el balón. Practicó un juego gelatinoso que favoreció sus intereses. El Deportivo trató de aclarar espacios pero no encontró la vertical. Además, Abreu dio facilidades. Estático y abúlico, apenas se le vio. Djalminha transitaba sin objetivos ni ideas claras.