Raúl, un retorno voluntarioso
Raúl jugó contra la fuerza de una semana de catarsis, presionado por la necesidad de jugar un buen partido cuando su estado físico le pone frenos. El público no le reprochó nada. Al contrario, fue a quien más aplaudió. Corrió todo lo que pudo y mediado el primer tiempo había tocado el balón más veces que contra el Barcelona y el Bayer. Robó cuatro veces la pelota, la perdió otras cuatro, remató en tres ocasiones y le hicieron seis faltas. Fue uno de los pocos jugadores que buscó el desmarque permanentemente, sus compañeros -especialmente Redondo y Roberto Carlos- lo miraban cada vez que tenían el balón en su poder para pasárselo. Y Raúl se mostraba. Pero sus piernas no terminaron de responderle con toda la explosividad. Le faltó rapidez y con el transcurso del partido se fue quedando, los brazos caídos, la cabeza gacha y el trote pesado. Pero dejó muestras de gran calidad y hasta transpiró su famosa agresividad: tras una entrada de Sánchez Jara lo encaró con la frente por delante con actitud de saldar la afrenta por la vía criminal. Mejuto González los separó."Raúl ha estado muy bien, ha hecho un gran partido, de menos a más", opinó su entrenador. El jugador afirmó sentirse mejor que ante el Barcelona: "Físicamente me he sentido muy bien, estoy mucho mejor que cuando jugué el partido contra el Barça. Además, hoy he jugado los 90 minutos completos y eso creo que me ha ayudado". Luego, lamentó no haber podido meter el gol que le faltó a su equipo, a pesar de intentarlo en tres remates a lo largo del encuentro.
En el apartado táctico, y debido a la falta de fondo físico, Raúl dejó la banda derecha, se trasladó al centro del campo, y con el correr de los minutos se limitó a esperar balones de gol en el área del Racing. Mijatovic le guardó las espaldas, corrió por su compañero, y le justificó solidarizándose: "Raúl es un jugador que necesita libertad total, tiene que sentirse cómodo en el campo".
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