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Entrevista:

"La mejor prevención de la depresión es el afecto"

El precio que se paga por vivir en una ciudad resulta casi siempre alto. Y la salud mental de las personas suele ser lo más vulnerable. El español Manuel Trujillo, director de Psiquiatría del hospital Bellevue de Nueva York, ha organizado este fin de semana en Madrid, con Carlos Castilla del Pino y Juan José López-Ibor, el I Curso de Actualización en Psiquiatría.Pregunta. ¿Qué trastornos provoca la vida en una ciudad? Respuesta. Los más frecuentes son los de ansiedad. Se manifiestan como angustia permanente o como ataques episódicos de pánico. Muchos de estos enfermos acuden a urgencias pensando en un ataque al corazón, cuando lo que tienen es una crisis de pánico. El segundo tipo de enfermedad urbana es la depresión, muy vinculada a factores sociales como sentirse abandonado o tener poco contacto afectivo. En las ciudades la mayoría de los contactos son de tipo impersonal o instrumental, y son menos frecuentes las relaciones en las que la gente se siente querida, admirada y apoyada incondicionalmente. Y aunque suene elemental, la mejor prevención de la depresión es el afecto. La soledad actúa como factor desencadenante de la depresión.

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P. ¿Hay trastornos derivados directamente de la experiencia de la inmigración?

R. El inmigrante se enfrenta con el estrés de la pérdida del arraigo y con las barreras de aculturación, es decir, tiene que aprender un nuevo funcionamiento social, lo que representa un estrés adicional. Cuando se prestan servicios psiquiátricos a esta población, suele pasar que la barrera cultural aumenta el número de error en el diagnóstico, la incomunicación medico-enfermo, y por lo tanto la respuesta terapéutica no siempre es la adecuada. En EE UU viven unas 180 comunidades emigrantes distintas, y la mayoritaria es la hispana, el 25% de los enfermos que acuden a nuestros servicios. Hemos desarrollado un programa que llamamos culturalmente competente, que trata de identificar los rasgos de su cultura y de crear un clima en el que el enfermo se sienta valorado.

P. ¿Alguna patología mental propia de los hispanos?

R. Por ejemplo, presentaciones atípicas de trastornos convencionales: el esquizofrénico hispano tiene un perfil sintomático distinto. Igualmente los maníaco-depresivos. El enfermo hispano deprimido a lo mejor no dice "estoy triste", que es uno de los indicadores de la depresión, sino que sufre trastornos somáticos (dolores, fatiga, cansancio). Hay rasgos protectores en la cultura hispana: la valoración de la familia, el afecto incondicional. Pero también agravantes, como el estrés de las mujeres por el machismo.

P. La nostalgia del inmigrante, ¿es una enfermedad?

R. No, es un sentimiento natural maravilloso destinado a mantener el vínculo con el objeto perdido. Es un mecanismo de resolución paulatina de la pérdida. Pero si uno se para ahí, y no logra superar el duelo, puede llegar a trastorno..

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