'PORNO' MADURO
La madurez más o menos avanzada está lanzada al porno duro, según puede desprenderse de dos recientes casos descubiertos en Italia y Alemania. El primero de ellos, el de Nilo Silvi, de 83 años, un jubilado que fue descubierto para la pantalla sexual mientras se encontraba en una discoteca con su nieto y que, cuando le propusieron hacer cine porno con bellas mozas, sólo preguntó si tendría que pagar por ello. Al saber que encima cobraría, mostró su disponibilidad a rodar incluso escenas de grupo, siempre, dijo taxativo, que no le hicieran ponerse un preservativo, porque, explicó, a su edad podría tener problemas de eficacia. Silvi, que hace bicicleta fija, estuvo casado dos veces y es padre de seis hijos; aseguró que no tiene miedo al sida porque "tarda diez años en desarrollarse, y yo estaré muerto antes". El segundo caso es el de un comisario de policía de Múnich, de 50 años, actor porno en sus horas fuera de servicio. El agente, cuyos superiores no aprueban su pasatiempo aunque reconocen que en lo suyo cumple, ha dicho que lo hace por amor a la coproductora, una chica de 26 años, antigua simpatizante del movimiento terrorista RAF (Fracción del Ejército Rojo), que parece haber pasado del radicalismo al goce filmado. Cabe creer en los sentimientos del comisario, toda vez que ha tenido que desembolsar 250 marcos de casting cuando su salario ha sido de diez. Es de suponer que a la coproductora, con su pasado político, le da muchísimo morbo ponerse en plan Emmanuelle con un guardián de la ley.-
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