Ridículos y caídas
Los ridículos en los Juegos no son solamente de los países exóticos o de España. A veces también la posibilidad que se le da de participar de oficio al país anfitrión en todas las pruebas produce momentos realmente hilarantes. El caso del hockey sobre hielo femenino japonés ha sido significativo. En un deporte que debutaba, las voluntariosas niponas han encajado en sus cinco partidos nada menos que 45 goles, es decir, a una media de nueve por encuentro, y sólo uno marcado, todo un hito.Y luego ha habido otro ridículo más puntual, que en determinados deportes de equilibrio afecta incluso a los grandes cuando fallan. Han sido los casos del patinaje artístico, donde colaboró la española Marta Andrade, el snowboard en su modalidad half pipe (medio tubo), donde fallaron los españoles Fernández y Bartrina, aunque no quedaron en esa evidencia, y el esquí acrobático. Los lanzamientos en el patinaje de parejas han vuelto a suponer auténticos maltratos a las mujeres y en individuales medir el hielo tras los saltos ha vuelto a ser moneda común. Sólo se ha salvado la estética danza.
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