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JUEGOS OLÍMPICOS DE INVIERNO

Se volvió a caer el esquí español

Ana Galindo apenas duró de pie en un gigante en que arrolló Compagnoni

No dio tiempo a nada. Acababa de terminar la alemana Martina Ertl la primera manga del gigante y apenas 10 segundos después salía Ana Galindo, en octavo lugar. Menos de 20 más tarde rodaba por la nieve helada. Aún no se había ido Ertl de la zona de llegada. Cinco puertas bastaron para otra caída sonada del esquí español, pues también Ainhoa Ibarra rodó por el suelo. Sólo la granadina María José Rienda volvió a paliar el desastre. Pero terminó 12º, porque la aragonesa era la única esperanza de medalla. Visto y no visto. España volvió a ser la telonera de otro momento de gloria. La italiana Deborah Compagnoni ganó con su clase inigualable y logró su tercer oro en Juegos consecutivos, tras los del supergigante de Albenville 92 y el gigante, su gran prueba como volvió a demostrar ayer, de Lillehamer 94. Una gran estrella."Me encuentro fatal, muy mal, porque tienes muchas esperanzas, mucho tiempo preparándote y llegas aquí y en cinco puertas se acabó todo. Es horrible". La voz de Ana Galindo se quebraba por momentos con una desilusión enorme. Al menos, que sirva para que Segismundo Fraile pierda ya su última justificación de seguir aspirando a la reelección en la presidencia de una federación española que necesita renovarse para no morir aún más. En las gradas, los directivos españoles, que utilizaban la bandera de manta para taparse del frío y de la lluvia como si estuvieran en una mesa camilla, se quedaron helados de espíritu una vez más. Y van...

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Deborah Compagnoni, que hizo ya una demostración en la primera manga, al sacar más de un segundo a sus principales rivales, no se descuidó esta vez como en el eslalon del día anterior. Entonces perdió el oro por seis centésimas al conservar demasiado. Ayer, hizo magia y acabó con casi dos segundos al final sobre la austriaca Alexandra Meissnitzer, y algo más sobre Katia Seizinger, que confirmó su gran forma, al quitarle el bronce a su compatriota Ertl, líder de la Copa del Mundo hasta ayer. Ella sí sigue siendo la reina. Es de otro planeta, y no del español, claro.

Ana, en cualquier caso, se la jugó, como deben hacer los que aspiran a ser campeones. Y le saliómal. Se habían caído las dos primeras en salir, la suiza Sonja Nef y la francesa Leila Piccard pero ella no se enteró. Y se lanzó hasta cometer el error fatal. El problemano es suyo, sino de quienes no hanlogrado sacar más opciones quecompensen las caídas que en el esquí un día afectan a unos y otro día a otros. Ainhoa Ibarra se fue al suelo, cuando intentó arriesgar creyendo que iba muy lenta. También quería estar entre las mejores.Era su última oportunidad. Incluso corrió con una rodilla infiltrada. Fue, como Ana, de las 20 esquiadoras que no terminaron laprimera manga. Sólo María José Rienda, de nuevo la más segura,sin arriesgar tanto, acabó 15ª. Ese puesto le hizo salir en primer lugar de la segunda y volvió a cometer fallos, pero casi todas lo hicieron.

Ana, con lágrimas en los ojos se abrazó un largo rato con Andrés García, el director técnico, que también mostró su desilusión y... su conformismo. "Estoy un poco decepcionado, pero las carreras son así". Y los deportes de invierno españoles. El cuento de nunca acabar.

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