Pujol confirma su intención de celebrar las elecciones catalanas en el primer trimestre de 1999
El presidente de la Generalitat, Jordi Pujol, no se ha movido de su intención inicial de convocar elecciones autonómicas catalanas en "el primer trimestre de 1999" (en febrero o marzo) y de garantizar la estabilidad política española al menos durante todo este año. Así lo declaró ayer a la emisora institucional Catalunya Rádio. Ambos objetivos, precisó, están sujetos a que no "sucedan cosas", en Barcelona o en Madrid, que los hicieran imposibles.
"Las elecciones [catalanas], si podemos, las haremos en el primer trimestre del año que viene", afirmó Pujol. "Si podemos", reiteró. No es la primera vez que se informa de que ésta es la intención de Pujol. El mismo lo confirmó meses atrás en una entrevista en televisión. El presidente catalán agregó que también podría suceder que decidiera esperar hasta el otoño de 1999, haciendo uso de su derecho a no disolver antes de tiempo el Parlamento catalán. Pero tras esa precisión agregó que su intención es celebrar los comicios en el primer trimestre de 1999.
Respecto a sus renovados pactos con José María Aznar, el mandatario catalán precisó que lo que ambos acordaron el 14 de enero fue "intentar tirar adelante" una serie de cosas, "con la voluntad firme de uno y otro". Aunque se preguntó si esos acuerdos se están cumpliendo (grandes obras de infraestructura, esencialmente), rehuyó la pregunta de que si un incumplimiento provocaría la ruptura: "Las cosas no son tan cartesianas; no me condicione tanto; ya se verá", afirmó Pujol. Cuando viaja al extranjero y mandatarios europeos le preguntan por el futuro de su colaboración con el PP, les contesta: "Mire, debería pasar algo gordo para no mantener la estabilidad".
Pujol negó que la anunciada candidatura del socialista Pasqual Maragall, ex alcalde de Barcelona, fuera a influir en ese calendario electoral. Ni siquiera cree que vaya a ser un adversario temible. "El principal adversario somos nosotros mismos", declaró. "Si hacemos las cosas bien, si encontramos el mensaje que hemos de transmitir, ganaremos las elecciones y las ganaremos bien, sea quien sea el número uno de los otros partidos". El líder nacionalista aludió a los sondeos preelectorales de que dispone cuando dijo que, de celebrarse ahora las elecciones, Convergéncia i Unió obtendría "en torno a 65 diputados". En 1995, CiU pasó de 70 a 60 diputados. La mayoría absoluta en el Parlament se fija en 68 escaños.
El líder nacionalista no quiso confirmar pero tampoco negar que las próximas sean sus últimas elecciones, algo que había insinuado en anteriores ocasiones: "Es posible, pero no me haga dar respuestas categóricas", contestó al ser preguntado sobre ello. "Tendría lógica que fuera así, pero el día que un presidente diga que no se presentará más... Mire, las cosas cambian. Lo diremos cuando convenga decirlo, no en función de la curiosidad del público", agregó.
El asunto Anson
El presidente catalán se negó, literalmente, a opinar sobre si cree que el PP está detrás de la operación de acoso y derribo del Gobierno de Felipe González con firmada por Luis Maria Anson. "No me lo haga decir", contestó al entrevistador. ¿Por qué?, insistió el periodista. "Porque no me lo haga decir; déjeme un margen para mi propia reserva", contestó. Se declaró, eso sí, indignado por lo que se ha conocido, no porque fuera algo desconocido para él, sino porque confirmaba el pecado de unos y otros (socialistas y conservadores) de utilizar todas las armas cuando se está en la oposición, y se remontó a las prácticas de Alfonso Guerra: "Deberían tener un poco de vergüenza de practicar este estilo de política. Anson reconoce que estaban dispuestos incluso a destruir el sistema, el sistema democrático en último término", dijo tras manifestarse escéptico ante el mentís de los periodistas citados por Anson como sus compañeros de conspiración.
La oposición catalana no tardó en reaccionar al anuncio electoral de Pujol. Para Jordi Guillot (portavoz de IC en el Parlament), el presidente catalán "vuelve a amenazar" con elecciones anticipadas porque está "alarmado" por la posible candidatura de Pasqual Maragall a la presidencia de la Generalitat. El secretario general de ERC, Josep Lluís Carod-Rovira, se mostró escandalizado de que el calendario electoral catalán dependa de la política española de Convergéncia i Unió: "Es insólito que esto pase gobernando los nacionalistas en Cataluña, pero ellos son los primeros que dicen que las elecciones catalanas están condicionadas a las españolas. Esto de muestra que, en los últimos años, la política catalana ha ido perdiendo identidad y se ha convertido en una variante de la española", declaró. Incluso el PP criticó el anuncio de Pujol. En opinión de Alberto Fernández Díaz, sólo el propio "interés partidista" de CiU justifica un adelanto electoral.
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