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GENTE

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El presidente austriaco, Thomas Klestil, de 65 años, que se presentará a la reelección la próxima primavera, había solicitado la pensión de jubilación como ex funcionario del Ministerio de Asuntos Exteriores, a pesar de cobrar un sueldo bastante más elevado como presidente de la nación. Ante las críticas recibidas por su solicitud, Klestil renunció hace días a dicha pensión, de unas 675.000 pesetas. Pero, para renunciar voluntariamente a estos ingresos, Klestil necesitaba la aprobación de su esposa, Edith, con la que no vive desde hace tiempo, pero de la que no está separado legalmente. Y Edith, que se ha negado a concederle el divorcio, dice que tiene derecho a la tercera parte de esa pensión y no renuncia a ella. Con lo cual el presidente tendrá que pagarle a su esposa lo que le correspondiese de la pensión a la que ha renunciado.-

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