El Valladolid aprovecha las ausencias del Deportivo

El Valladolid sacó tajada de la debilidad del Deportivo. Con sólo 10 minutos de intensidad desmontó lo que había sido un ejercicio de coraje por parte de los jóvenes de Corral. A Kresic le bastó con escuchar y atender a la petición del graderío. Eusebio saltó al campo en el descanso y el Valladolid se redimió de su pobreza de los primeros 45 minutos. El equipo gallego se fue de vacío, echó de menos a todos sus ausentes y perdió un partido en el que la derrota venía por imposición de la lógica.La primera parte se saldó con una pobrísima cosecha futbolística. La sensación de vacío se hacía más grave teniendo en cuenta lo que el Valladolid tenía frente a él a un Deportivo mermado por las ausencias y plagado de jugadores del filial.

Sin embargo, el grupo de Corral mantuvo el tipo durante la primera parte y llegó a ser el dueño del balón y de todas las ocasiones de peligro que se generaron en ese periodo. Fran supo catalizar las ganas de los debutantes, Ramis agarró todo lo que se paseó por su zona. El Deportivo ganaba a los puntos y el Valladolid sólo era capaz de utilizar la táctica del amontonamiento.

El partido nacía muerto en la segunda parte y Kresic, movido por el griterío de la galería, varió radicalmente su planteamiento. De jugar con cinco defensas pasó a tener tres delanteros en la cancha. Eusebio se colocó como organizador, y el Valladolid lo notó. Las líneas ya no aparecían tan separadas, Víctor y Peternac no tenían que recorrer 80 metros para pisar área, y por primera vez en todo el partido el Valladolid era capaz de esquivar la presión de los coruñeses. El fruto llegó pronto, en una jugada iniciada por Eusebio y convertida en gol por Peternac.

Corral tenía muy pocos recursos para invertir la situación. Solamente le quedaban más jugadores jóvenes para contrarrestar lo que ya se había convertido en un equipo ordenado y que manejaba el partido con sentido. Sin embargo, Kresic volvió a su conservadurismo inicial y refrenó lo que se estaba convirtiendo en una pequeña avalancha de fútbol. La rentabilidad era lo que interesaba y el partido fue agonizando con algunos sustos hasta su final.