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OPERACIÓN TRUENO DEL DESIERTO

Estudios rusos estiman que el bombardeo de los depósitos iraqíes pondría en peligro decenas, de millones de vidas

Las consecuencias de un ataque de Estados Unidos contra Irak podrían ser apocalípticas si Sadam Husein realmente tiene las armas químicas que se le suponen y si una bomba cae en un depósito de alguna de estas sustancias mortíferas. Los especialistas del Servicio Federal de Hidrometeorología y de Control del Medio Ambiente de Rusia han modelado matemáticamente semejante escenario y hecho el pronóstico correspondiente, del que resulta que peligraría la vida de decenas de millones de personas incluso en países que no limitan con Irak.

El volumen medio de un depósito de armas químicas es de 10.000 toneladas de sustancias tóxicas. El reactivo más común es la iperita -el sulfuro de dicloro-dietilo llamado también gas mostaza-, sustancia de acción neuroparalizante que ataca las vías respiratorias y que a una concentración de sólo 0,014 gramos por metro cúbico conduce a la muerte inmediata, según explican los especialistas citados ayer por el diario Izvestia.

Aunque la iperita es un gas persistente, que se conserva activo durante 21 días, los científicos rusos se limitaron a estudiar su divulgación sólo en los primeros tres días de una posible fuga. La zona contaminada, por supuesto, dependerá del estado de la atmósfera, por lo que se utilizaron los datos de varios satélites meteorológicos, incluido los del Elektro, que se encuentra en una órbita geoestacionaria directamente sobre Bagdad.

Así, por ejemplo, si el lunes pasado, a las dos de la tarde de España una bomba hubiera dado en un solo depósito iraquí de armas químicas de tamaño medio, a las dos de la tarde de ayer, es decir, 72 horas más tarde, ya estarían afectadas por la mortífera sustancia las zonas orientales de Irak; el norte de lrán, la zona más densamente poblada de ese país; el sur de Azerbaiyán, el este de Turkmenistán, Tayikistán, Uzbekistán y el norte de Afganistán.

Radio mortal

Si el bombardeo hubiera ocurrido a la misma hora del martes, la nube letal se hubiera extendido a Siria, Jordania, Israel, el sur de Turquía y el norte de Arabia Saudí. Si el ataque ocurriera hoy "la zona afectada sería otra, quizá más grande o quizá más pequeña, pero, en cualquier caso, a los tres días del bombardeo no quedaría nada vivo en una extensión de 600-700 kilómetros de radio", afirma Izvestia, que atribuye las variaciones en las zonas afectadas a las distintas condiciones climatológicas en el momento de la explosión. La superficie contaminada tendría una media de 150.000 kilómetros cuadrados. Y hay que decir que la iperita, además de atacar las vías respiratorias, contamina los suelos, la vegetación, el agua y los peces. Este pronóstico, según los rusos, tiene un margen de error del 10%.

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