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El deseo del soldado

El soldado de reemplazo Gonzalo Castillo Díaz, de 26 años, quiso ver cumplido un deseo el día en que se licenciaba: volar. Para ello, como es costumbre en el cuartel, pidió permiso al comandante del avión D3B-9 de la base aérea de Cuatro Vientos para sumarse a la tripulación. El piloto le concedió el permiso. A las 10. 15 el avión del Servicio de Búsqueda y Salvamento del Ejército del Aire salió en misión de entrenamiento. Una hora después, el aparato se estrellaba en el cerro de La Marotera, en Pinilla del Valle. Fue el fin del sueño de Gonzalo Castillo y de los cuatro militares profesionales que participaban en el vuelo.El teniente Antonio Manuel Montero Medina, de 26 años, iba a casarse en marzo. Su compañero, el teniente y piloto de complemento Óscar Vicente González, también tenía un objetivo cercano: este año acababa su contrato con el Ejército y dudaba, según sus amigos, si pasarse o no a la aviación civil.

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El avión militar se estrelló en una peligrosa maniobra de búsqueda

El brigada y mecánico de vuelo Mariano Benito Carro, quien justo cumplía 36 años ese día fatídico, acababa de tener una hija. El hombre, muy popular en la base -donde le llamaban El Manis-, era un experimentadísimo mecánico que llevaba en el Ejército desde 1975. Una de sus últimas misiones fueron las tareas de rescate en la trágica riada de Badajoz.

El cabo José David García Fernández, de 24 años, estaba soltero. Había nacido en Almería, ciudad en la que fue enterrado.

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