El más poderoso

José María Cuevas cumplirá en mayo 14 años como presidente de la patronal CEOE y en junio 63 años de edad. Es el más veterano y el más poderoso de los dirigentes de las organizaciones sociales, pero ayer no quiso abrir la carrera por la sucesión y dejó abierta la incógnita sobre sus intenciones. Cuando se le preguntó si éste será su último mandato, que culminará con 67 años, tan sólo comentó: "¡Pero si aún no lo he empezado!"

Es su quinto mandato, cuando los estatutos de CEOE preveían un máximo de dos, que se han aplicado sólo a su primer presidente, Carlos Ferrer Salat. Esa norma interna se modificó en mayo de 1988 porque los empresarios siempre apuestan por la continuidad y porque nunca ha habido un delfín claro.

Cuevas, además, ha aportado un buen balance de estos últimos cuatro años. En este período, la patronal y los sindicatos CC OO y UGT han aplicado una política de diálogo desconocida desde la etapa de la transición democrática. Su fruto es un largo catálogo de acuerdos, iniciado con un pacto para la resolución negociada de los conflictos, y cerrado con una reforma laboral que ha abaratado el despido y, al tiempo, ha mejorado la estabilidad de los nuevos empleos.

No fue una negociación fácil, requirió 11 meses de discusión y muchas cenas de Cuevas con los líderes de UGT y CCOO, Cándido Méndez y Antonio Gutiérrez, con quienes mantiene unas relaciones mucho más cordiales que con los anteriores dirigentes de ambos sindicatos, Nicolás Redondo y Marcelino Camacho. Ayer, Antonio Gutiérrez recurrió a una broma para no reconocerlo explícitamente y, cuando se le preguntó que le parecia la reelección de José María Cuevas, respondió: "Más vale lo malo conocido que lo bueno por conocer".

El patrón de patrones, feliz con el PP después de casi cuatro mandatos con gobiernos socialistas, tiene pendientes para los próximos años otras importantes negociaciones abiertas, entre ellas la reordenación del tiempo de trabajo, como él mismo la bautizó para no reconocer que está hablando de la reducción de jornada. Para ello dispone de todo su tiempo, ya que no es un empresario en sentido estricto. Lo más parecido es su actividad como vicepresidente y consejero de la papelera Sarrió y de Viscofán, consejero de Publicitas y co-propietario de varias empresas familiares dedicadas a la construcción y la producción de cerámica.