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Un testigo desmonta la coartada del acusado por el secuestro del químico

Francisco Javier Cervigón, acusado del secuestro y desaparición del químico de Algete, José Luis Zaragoza, se quedó ayer sin una de sus coartadas. Un empleado del colegio mayor donde estudiaba aseguró ante el tribunal que el acusado no estuvo en el centro el día que desapareció el industrial, en contra de la versión inicial que facilitó Cervigón a la policía. Otro testigo declaró que el acusado trató de actuar como intermediario entre los supuestos secuestradores de Zaragoza y su familia.

En la tercera jornada del juicio contra Cervigón, acusado de secuestrar al padre de su ex novia, pasó por el tribunal José Manuel González, el detective contratado por la familia de José Luis Zaragoza. Este explicó que Javier Cervigón se presentó ante él como un intermediario de los secuestradores. "Me llegó a ofrecer la mitad del rescate de 90 millones de pesetas", comentó. El detective que investigó la desaparición del empresario de Algete añadió que Cervigón le contó que el hombre secuestrado era tío suyo y que uno de los responsables de la desaparición era "un tal Samir", que había sido antiguo socio suyo y que le debía, dinero.El detective añadió que para conseguir toda la información posible no se identificó como investigador y le preguntó a Cervigón por la comisión que percibiría si consiguiera que la familia pagara el millonario rescate. González añadió que le inquirió por el secuestrado y por la posibilidad de visitarle. Cervigón le dijo que no era posible, ya que no le dejarían.

Un rescate

José Aliste, abogado de la familia del químico, explicó que entró en contacto con Cervigón para comunicarle que María Luisa Zaragoza, hija del industrial y ex novia del acusado, quería desahuciarle de un piso que previamente le había cedido.Según Aliste, el acusado se ofreció a actuar como intermediario entre los secuestradores y la familia, para lo que pensaba pedir un rescate de 90 millones de pesetas. "Yo le pedí pruebas de que José Luis Zaragoza estaba vivo", agregó, "y le dije que me explicara cómo había sido secuestrado". Relató que, según lo que le dijo el propio procesado, Cervigón fue secuestrado por dos personas que acudieron al chalé de la novia con la excusa de querer verlo, porque se encontraba en venta. Forcejearon con él y Zaragoza se lesionó un hombro. Luego estuvo retenido en el sótano de un chalé en las afueras de Madrid.

También declaró ayer la esposa del químico, Teresa Cabello. Según sus palabras, la relación entre Cervigón y su marido era "buena", aunque éste desconfiaba de aquél porque "no trabajaba ni mostraba interés por nada".

En el primer día del juicio Javier Cervigón, implicó a su ex novia, Marisa Zaragoza, en el secuestro. Esta negó después toda las acusaciones.

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