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Los taxistas bloquean durante una hora las salidas del aeropuerto

Jan Martínez Ahrens

Los taxistas del aeropuerto de Barajas volvieron anoche a la carga. Durante más de una hora (aproximadamente de 21.30 a 22.30) se negaron a aceptar viajeros y bloquearon las salidas del aeródromo. La protesta se originó después de que la Guardia Civil multase a un grupo de taxistas aparcado en el arcén de la avenida de la Hispanidad, un lugar en el que hacen cola frecuentemente. La multas encresparon a los conductores, que decidieron mostrar su enfado colapsando el aeropuerto. Parte de este malestar, según varios taxistas, se debe a que el nuevo aparcamiento, con una capacidad para 1.040 plazas, sigue cerrado. "Y como no tenemos espacio para esperar, pues nos tenemos que poner en el arcén, y ahí nos multan", dijo Luciano Rodríguez Sanz, un taxista amotinado.

La protesta, seguida por la práctica totalidad de los taxistas (cerca del millar), atacó los puntos más sensibles del aeropuerto. Primero en la terminal de nacional y luego en internacional se dejaron de aceptar clientes y se bloqueó el paso en los carriles de taxi y de autobús -según la Policía Municipal, se impidió la circulación a algunos transportes de la EMT-. También se obstruyó el tránsito de las furgonetas de las agencias de viajes, consideradas "competencia desleal" por los taxistas. Otro grupo, de unos 15 taxis, cortó la salida hacia el centro.

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Lista de agravios

La llegada de los antidisturbios acabó con el 'motín' de los taxistas en Barajas

En su lista de agravios, los conductores amotinados situaban en primer lugar el cierre del nuevo aparcamiento que Aeropuertos Españoles y Navegación Aérea ha puesto a disposición de los taxistas de Barajas. La gestión de esta instalación, cuyas obras se acabaron en octubre tras una inversión de 400 millones de pesetas, es disputada por las tres principales asociaciones de taxistas. Este conflicto ha impedido su apertura y ha dado pie al sinsentido de ver a cientos de taxistas haciendo cola en los arcenes, al mismo tiempo que a pocos metros permanece vacía una instalación construida precisamente para evitar esa aglomeración.Otro problema que mantiene en vilo al sector del taxi son las negociaciones con el Ayuntamiento para aumentar las tarifas y permitir que los vehículos incorporen anuncios publicitarios. "Aquí en Madrid, y lo digo yo porque nadie se atreve, hay más de 15.000 taxistas, sin contar con los ilegales. No hay mercado suficiente para todos. Y en vez de empezar a eliminar a los irregulares, pues las autoridades lo que van es a machacarnos con multas", apuntaba un taxista.

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Sobre la firma

Jan Martínez Ahrens
Director de EL PAÍS-América. Fue director adjunto en Madrid y corresponsal jefe en EE UU y México. En 2017, el Club de Prensa Internacional le dio el premio al mejor corresponsal. Participó en Wikileaks, Los papeles de Guantánamo y Chinaleaks. Ldo. en Filosofía, máster en Periodismo y PDD por el IESE, fue alumno de García Márquez en FNPI.

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