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Una inyección letal acaba con la vida de Karla Tucker en una cárcel de Tejas

Una inyección compuesta por tres drogas mortales acabó la pasada madrugada en una prisión de Hunstville (Tejas) con la vida de Karla Faye Tucker, la mujer que hasta el último momento imploró el perdón por el doble asesinato que cometió en 1983. Sus últimas palabras fueron: "Espero que esto sirva para que Dios os dé paz. Os quiero a todos. Sé que voy con Jesucristo. Allí os espero". Karla Tucker, de 38 años, fue declarada oficialmente muerta a las 18.45 de Tejas (1.45 de hoy en España), menos de un minuto después de que le fuera administrada la dosis letal. El procedimiento de ejecución, que duró ocho minutos en total, fue presenciado por su marido y por familiares de las víctimas del crimen. Los testigos describieron el gesto sonriente de Karla hasta el momento final.

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