Una condenada a muerte inquieta a Bush
El hijo del ex presidente de EE UU se muestra reacio a conmutar la pena capital a Karla Faye Tucker
La suerte de Karla Faye Tucker está cada vez más en las manos de George Bush, hijo, gobernador de Tejas desde 1995 e hijo del presidente de Estados Unidos que pilotó la guerra contra Irak. El Tribunal de Apelación Criminal deTejas, organismo jurídico supremo en esta materia en el Estado de la Estrella Solitaria, ha rechazado estudiar la posibilidad de conmutar por cadena perpetua la condenaa muerte de Tucker. El próximo martes,Tucker, de 38 años de edad, puede convertirse en la primera mujer ejecutada en Tejas desde hace135 años. La última fue Chipita Rodríguez, ahorcada en1863 por la muerte de un tratante de caballos.Los abogados de Tucker han informado de que van a recurrir al Tribunal Supremo de Estados Unidos, pero, si no son escuchados, la última esperanza es George Bush, hijo. El gobernador puede utilizar en el último momento su derecho de gracia y aplazar o suspender la ejecución por el procedimiento de inyección letal. Consideraciones humanistas al margen, para George Bush, hijo, se trata de una difícil decisión política. Sus aspiraciones presidenciales dependen de ella.
Bush no oculta que aspira a vengar la derrota de su padre en 1992 frente a la pareja demócrata formada por Bill Clinton y Al Gore. Su objetivo es convertirse en el candidato republicano a las presidenciales del año 2000. Pero entonces se le recordará lo que haga con Tucker. Si salva su vida, podría ser acusado de discriminar a los muchos hombres -37 el pasado año- que son ejecutados en Tejas. Si abate hacia abajo su dedo pulgar, se dirá que es implacable.
Un total de 74 presos fueron ejecutados el pasado año en EE UU y ninguno de sus casos despertó él interés de Tucker. Drogadicta y prostituta en el momento de los hechos, Tucker confesó en el juicio que asesinó con una piocha -herramienta con una boca cortante- a Jerry Lynn Dean y Deborah Thornton, en Houston (Tejas), en junio de 1983. Había penetrado en la casa de la pareja para robar.
"Es horrible saber que has segado una vida humana, una valiosa, preciosa vida humana", dice Tucker. En una entrevista con Larry King, de la CNN, en el corredor de la muerte de la prisión de Huntsville, Tucker afirmó que no es la misma mujer que cometió los crímenes. Dijo que se ha convertido en una persona muy religiosa y que merece clemencia. "Ya no soy una amenaza permanente pata la sociedad".
A tenor de la mayoría de las casi mil cartas que ha recibido el gobernador Bush, la mayoría de los norteamericanos desean que use sus poderes de gracia. Líderes religiosos muy conservadores, como el teleevangelista Pat Robertson, le instan a suspender la ejecución.
El caso Tucker ha abierto un debate sobre si la pena de muerte se aplica igualitariamente a hombres y mujeres.Desde la restauración de este castigo en EE UU, en 1976, sólo una mujer ha sido ejecutada en todo el país, mientras que lo han sido 433 hombres. Fue Margie Velma Barfield,eliminada con una inyección letal en Carolina del Norte, en 1984, por haber envenenado a su novio.
"Nuestro sistema de justicia criminal es machista en esta actitud de protección a las mujeres frente a la pena de muerte", dice Richard Hawkins, profesor de sociología en la Universidad Metodista del Sur. Joe Magliolo, el fiscal del caso, afirma, "Los crímenes cometidos por Tucker merecen la pena de muerte, y ella debe morir. Me alegra que haya podido tener 15 años, para poner en orden sus cuentas con Dios, pero, desdichadamente, las víctimas, Jimmy y Deborah, sólo tuvieron 15 segundos".Tucker es la primera en la lista del verdugo de las siete mujeres en los corredores de la muerte de Tejas, donde también esperan su cita con la inyección letal 437 hombres. Si Bush salva su vida, podría ser puesta en libertad provisional en cinco años. Tucker dice que ha depositado su confianza en Dios. "Decida Dios lo que decida, seguiré con él".
George Bush, hijo, es un firme partidario de la pena capital, como su padre y como el actual presidente, Bill Clinton. "Siempre he creído que la pena de muerte puede evitar crímenes, puede disuadir a asesinos en potencia, puede salvar vidas". Como gobernador del Estado de Tejas no ha perdonado todavía la vida a ningún condenado.
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