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"Ya han aparecido los chicos"

F. Javier Barroso

La angustia y los lloros de tristeza dieron paso anoche a la alegría de los padres de Eloy Catalán, de 16 años, y Eduardo Bermejo, de 21, al ver que tras 76 horas de desaparición su hijos volvían a sus brazos. La noticia del hallazgo de los dos jóvenes montañeros perdidos en la sierra de Ayllón llegó a las siete de la tarde, cuando los voluntarios y los efectivos del dispositivo de búsqueda comenzaban a replegarse por la caída de la noche y el aumento del frío.Un grito de la madre de Eloy, Piedad Ortiz, en el vestíbulo fue la señal. A partir de ese momento los gritos, las risas y la alegría inundaron el hotel La Trucha, de Riaza (Segovia), donde se alojaban los parientes.

Los padres de los jóvenes, sin embargo, aún no sabían nada: se encontraban. de búsqueda en la sierra. Una llamada a un teléfono móvil les avisó del hallazgo. "Ya han aparecido los chicos", fue lo único que pudieron oír en un primer momento. Una segunda llamada les comunicó el resto: sus hijos se encontraban bien y no tenían ningún problema. Entonces, el coche en el que viajaban los padres se paró a petición de uno de ellos, Ricardo Bermejo, quien se bajó y, según él mismo relató luego, gritó de alegría en la oscuridad. Luego se dirigieron directamente al hotel para esperar a sus hijos.

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Abrazos y besos

Mientras, los chicos eran trasladados para un reconocimiento médico al parque de los bomberos de la Comunidad situado en Lozoyuela de la Sierra (Madrid). Finalmente, a las 23.15, los jóvenes llegaron al hotel La Trucha. Sus familiares más cercanos y un aluvión de amigos les esperaban. Los abrazos, los besos y las caricias en las mejillas se sucedían en el hotel.Acababa así una angustiosa jornada en la que un centenar de efectivos de la Guardia Civil, Cruz Roja y Protección Civil se había movilizado para encontrar a los dos madrileños. Unos 60 efectivos de la Guardia Civil, que no dudaron en poder su vida en peligro, se habían repartido por las principales zonas de la sierra para rastrearlas palmo a palmo bajo temperaturas extremas. Sin embargo, la niebla y la fuerte ventisca dificultó mucho la búsqueda.

Los guardias civiles comentaron que para avanzar 10 metros necesitaban un enorme esfuerzo. "Te das una paliza enorme y al final no puedes seguir porque tienes que parar para limpiarte las gafas a cada momento", señaló un agente.

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Dos helicópteros, uno de bomberos de la Comunidad y otro de la Guardia Civil, sobrevolaron las zonas bajas de las laderas. La niebla y el fuerte viento (de hasta 100 kilómetros por hora) les impedía ascender por encima de los 1.700 metros.

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Sobre la firma

F. Javier Barroso
Es redactor de la sección de Madrid de EL PAÍS, a la que llegó en 1994. También ha colaborado en la SER y en Onda Madrid. Ha sido tertuliano en TVE, Telemadrid y Cuatro, entre otros medios. Licenciado en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid, está especializado en Sucesos y Tribunales. Además, es abogado y criminólogo.

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