Unicaja rompe la racha de Estudiantes
Ocho semanas después Estudiantes vuelve a conocer la derrota. Su racha se truncó en Ciudad Jardín, cancha donde Unicaja vende carísimo su crédito. No le vale otra cosa en una temporada en la que sólo ha vencido en un desplazamiento si quiere seguir aspirando a mantenerse en la zona alta de la clasificación. El partido hizo honor a estas credenciales de presentación. Fue intenso, emocionante y hasta la bocina final incierto en el marcador.Ambos equipos se perdonaron la vida en varias ocasiones y entregaron su suerte a la fortuna hasta que en la ruleta rusa del último minuto la victoria cayó del lado de quien más lo necesitaba. Con la victoria, si cabe, el norteamericano Lou Roe se liberó un tanto más de las sospechas. Después de haber dado positivo en un control antidopaje por consumo de hachís junto a Jens Uwe Gordon el norteamericano posiblemente cumplimentó ayer su última actuación con la camiseta de Unicaja. Dejará un buen recuerdo. 24 puntos y 13 rebotes más la convicción generalizada de que gracias a esta aportación Estudiantes no sentenció el partido antes de tiempo.
Durante la primera parte Estudiantes dominó el marcador con ventajas exiguas que nunca sobrepasaron los tres puntos. Sólo Roe mantuvo el pulso y de su muñeca salió la única opción anotadora de Unicaja en el primer cuarto. Nacho Rodríguez anduvo bloqueado en la dirección, y Babkov fue eclipsado por un espléndido Carlos Jiménez, que además de esta labor oscura se permitió ser el máximo anotador de su equipo. Sólo tuvo un fallo, no acertar incomprensiblemente a palmear el balón que hubiera llevado el partido a la prórroga cuando saltó a por él sin oposición.
De nuevo la defensa salvó a Unicaja. Se mantuvo en el encuentro a duras penas en la primera parte y cuando Babkov se atrevió con Jiménez consiguió una ventaja sustanciosa (42-35 al descanso). Pero el ataque malagueño no es nada fluido y la alternancia defensiva constante zona-individual de estudiantes le descentró del todo. Los madrileños enjugaron pronto la diferencia, pero de pronto quisieron solventar a base de triples. Por ahí empezó Estudiantes a perder el partido. Había remontado nueve puntos, había golpeado la moral de Unicaja, que tuvo que entregarle la dirección del juego al escolta Gabi Ruiz, y Vecina y Azofra se empeñaron a resolver por la vía rápida en cuatro ataques consecutivos. Y desde detrás de la línea de 6,25 metros Estudiantes fue un desastre, sólo 3 de 18 intentos.
El partido llegó al minuto decisivo como merecía, igualado. Con dos puntos de ventaja para Unicaja, Miller tuvo dos tiros libres que desaprovechó y regaló los últimos siete segundos a Estudiantes. Vecina se la jugó al triple y falló, aunque más incomprensible fue el ya mencionado palmeo de Jiménez. La espesura de los últimos minutos hace sospechar que el tributo de la Liga Europea puede resultar en ocasiones caro para Estudiantes.
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