La guerra de sucesión
Empieza la contienda por el liderazgo en el partido comunista
Él, tan amante de los clásicos, recordará seguramente ahora la lista de los reyes godos y, sobre todo, el modo en que eliminaban a su antecesor y accedían al trono con el veneno o el puñal como únicos argumentos. Julio Anguita, secretario general del PCE, no habrá sentido en su espalda el frío del cuchillo ni en la boca el sabor a almendras amargas de cianuro, pero desde que anunció su intención de abandonar la dirección máxima del glorioso partido comunista habrá notado en su nuca una extraña sensación. Porque, al final, Anguita no ha logrado sus propósitos. Y se ha echado a la espalda el recelo de nuevos enemigos. Si lo que quería era evitar una lucha fratricida en tomo a su sucesión, lo único que ha conseguido es que las distintas familias comunistas se lancen a lo que él mismo ha terminado por calificar como una situación "bochornosa".Fue el mismo Anguita quien anunció recientemente en el Comité Central del PCE -hoy Comité Federal- su intención de abandonar la secretaría general antes del XV Congreso, previsto para los primeros ¿lías de diciembre de 1998. Que éste sería el último mandato de Anguita ya era sabido. Él mismo lo había anunciado al finalizar el XIV Congreso. La novedad era que adelantaba su decisión varios meses y que dejaría este verano en manos de Francisco Frutos, secretario del Comité Federal y número dos del PCE, la dirección del partido. Para muchos es una manera de nombrar directamente a quien había de sucederle. en la secretaría general.
Cuando Anguita comunicó al Comité. Federal, sus intenciones argumentó que sería bueno que el congreso no dedicara sus debates al tema sucesorio. Él quería que, libre de preocupaciones, centrara sus trabajos en las tareas políticas que, a partir de entonces, tuviera que desarrollar el partido, fundamentalmente, en Izquierda Unida.
Dicen que entonces nadie levantó la voz. Y es verdad que tampoco ahora nadie la ha levantado en público. Oficialmente, todo! callan. Pero todos aseguran en susurros -"yo no te he dicho nada"- que la decisión de Anguita ha abierto una de las crisis más profundas en las filas del PCE. Los silencios a veces son tan estruendosos que, en esta ocasión, Julio Anguita ha tenido que declarar amargamente el bochorno que le han producido las reacciones de sus compañeros de filas. [Ayer, en una reunión del Consejo Andaluz de Izquierda Unida, en Sevilla, Anguita instó a los suyos a ser "mudos y mudas" cuando los medios de comunicación abran el debate sobre personas o candidatos de IU. "Y si no les gusta, ajo y agua", agregó. El líder de IU propuso iniciar una "ofensiva mediática", en la que debería implicarse hasta el último concejal de cada pueblo. "No confiemos ni en EL PAIS ni en El Mundo", comentó. '-'Nosotros tenemos que crear la noticia y luego utilizar a los medios.,, -aconsejo, informa Luis Bárbero].
Pero algo de razón tienen quienes critican a Anguita, Porque los planes -no -eran éstos. En el último congreso, en 1995, se dibujó el futuro del partido: Anguia y Frutos -y así lo anunció Anguita- no volverían a presentarse a la reelección. Había- un acuerdo entre los dirigentes comunistas para que Felipe Alcaraz se fuera preparando para ocupar la secretaría general. Pero el tiempo acaba con los amores.
Dicen que Anguita sabe elegir a sus colaboradores tan bien que nunca pasarán de ser sus colaboradores. Y dicen que Alcaraz en la ,secretaría general de un PCE abrumadoramente mayoritario podría poner en más de una ocasión a Anguita, como líder de IUcontra las cuerdas. Pero es que: además, las batallas internas del PCE y de IU son especialmente agrias en Andalucía. También aquí cuando, Andalucía estornuda el PCE se constipa.
Ni Alcaraz, ni, sobre todo, Antonio Romero, han aceptado el liderazgo que Anguita ha otorgado a Rosa Aguilar, portavoz parlamentaria de IU. La virulencia de los ataques a Aguilar no viene exclusivamente por cuestiones de liderazgo. También viene porque Aguilar representa en buena medida una opción de política moderada que cuenta con significativos apoyos en ambas organizaciones.
¿Duros o moderados? Pues, como en la fábula, ni galgos ni podencos, aunque, al final, todos cacen. No es exactamente una batalla entre ambos sectores. Pero es verdad que, los vientos que corren hoy por el PCE y por IU soplan fuerte en las velas de los que con desprecio llaman los ortodoxos 11 socialdemócratas de IU". Otra cosa es que no sea precisamente Frutos un ejemplo de moderado.
La guerra ha estallado sin que ni siquiera Anguita haya dimitido formalmente. En verano, cuando deje las responsabilidades en el PCE, se habrá cerrado una primera batalla. Frutos ha anunciado que no le gustan las soluciones del delfinato. En ello coincide con sus adversarios, que prefieren la confrontación abierta.
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