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BALONCESTO: EUROLIGA

Homenaje al 'espirítu Limoges'

El Madrid gana un partido ralentizado al máximo por el Paok

Después de un partido de los que hacen afición (a otras actividades), el Madrid sigue en la brecha. No hubo juego ni casi nada que se lo pareciese. Un homenaje más al Espíritu del Limoges, auténtico cáncer de este deporte Aquel infausto día en el que el equipo francés fue campeón de Europa con su rácano juego y su limitada plantilla nacieron infinidad de imitadores que demasiados años después todavía no han sido desterrados. En el baloncesto europeo de hoy das una patada y te salen diez equipos lentos como tortugas, especulativos, avaros con el espectáculo y con el marcador, al que le dan todo menos trabajo. Sus objetivos son claros, dormir el partido, jugar a 60 puntos, aburrir y aburrirse. El Paok es uno de sus representantes, lo que no debe de extrañar ya que el Síndrome del Límoges nació en Grecia.En otras circunstancias el Madrid podría haber superado esta enfermedad contagiosa, pero no vive sus mejores momentos. De ahí que el partido virase mas hacia donde le apetecía al Paok que hacia donde el Madrid se hubiese sentido mas a gusto. Esto sólo tuvo consecuencias a efectos estéticos, pues teniendo en cuenta el nefasto comportamiento griego, ni aunque se hubiese jugado andando el resultado final hubiese sido el mismo.El Madrid tampoco es que se luciese en demasía pero le bastó una ración de Herreros, otro poco de Santos, cuatro tapones de Mijahilov y la frialdad final de Bodiroga.

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Herreros se pareció a Herreros. El mayor talento nacional surgido en los últimos años vive una etapa difícil de su carrera. Fichado a bombo y platillo del eterno rival estudiantil (la mejor cantera madridista) no acaba de coger el liderazgo que por calidad y experiencia le podría corresponder. En su segunda temporada sigue en penumbra, alternando buenas actuaciones con otras mas grises donde su presencia no pasa de ser testimonial, de lo peor que se puede decir de un gran jugador. Ayer, ante la precaria situación de Bodiroga y durante todo el primer tiempo fue el Herreros habitual, intenso y efectivo, dotando a sus acciones del aroma de los grandes. El Madrid necesita a Herreros mucho más de lo que parece y da a entender a veces con su juego, y Herreros necesita al Madrid para dar un salto cualitativo en su carrera. Esto debería llevar a una colaboración mutua y beneficiosa. Por ahora sólo ocurre en contadas ocasiones.

La buena tarea de Herreros en ataque la completaba Santos en defensa. Esta vez la pesadilla le tocó a Stojakovic. En los primeros 15 minutos no la olió. Con su estrella llevando encima al impasible acompañante, el Paok se quedó en nada. Viéndoles jugar era difícil explicar cómo llevan siete victorias. Pero lo que no podían los griegos lo consiguieron las personales. Salieron al unísiono Herreros y Santos con tres faltas (26-14, minuto 16) y el Madrid lo acusó. Stojakovic se liberó y el Paok al menos metía canastas.

El partido entró en su fase más desalentadora, que el entrenador del Paok acabó de arreglar colocándose en zona. Volvió a salir Herreros, hizo pandilla con Angulo, clavaron dos triples y una canasta más y arruinaron la zona y al Paok (60-52, minuto 37).

El Madrid sigue con su ejercicio de supervivencia europea. La próxima semana otra vez el Estudiantes. El que gane, casi clasificado. Encuentro decisivo. Ideal para un nuevo homenaje a Maljkovic y su Limoges. Alguna vez nos daremos cuenta de las devastadoras consecuencias que tuvo aquel triunfo.

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