"Madrid está repleto de pequeños universos llenos de vida"

Javier Moro (1955) es un madrileño emprendedor de esos que cuando conciben una idea no descansan hasta que la ven realizada. Al menos, eso cabe deducir de su biografía, caracterizada por una inquietud incesante por realizar proyectos. Nacido en el barrio de Argüelles, estudió en el Liceo Francés, donde perfeccionó un razonar cartesiano y un modo de narrar esmaltado por descripciones vivas que permiten visualizar cuanto dice Con esas dos cualidades, estudió antropología y se lanzó primero al mundo de la producción cinematográfica: viajó a Hollywood. Allí permaneció seis años. Tras la adquisición por Ridley Scott de una de sus ideas, fue a Brasil para proseguir el relato de un jefe indígena que en Washington ganó un pleito a una multinacional y, al regresar al país carioca, fue encarcelado. Imperceptiblemente, Javier Moro dejó el mundo del cine y pasó al del relato. Publicó su primer libro, Senderos de libertad, seguido de El pie de Jaipur, con los que cosechó sendos éxitos editoriales. Ahora, con Las montañas de Buda, presentado el martes en Madrid por su tío Dominique Lapierre, Javier Moro se adentra en el Tíbet profundo y cuenta la resistencia de dos monjas budistas por conservar su fe y la civilización de su pueblo, en el solitario país de las nieves perennes.Pregunta. El budismo está de moda. ¿Por qué?

Respuesta. Siempre lo ha estado. En tiempos relativamente recientes ya los primeros hippies acostumbraban peregrinar a zonas budistas del mundo. Desde entonces, los viajes no se han interrumpido.

P. ¿Por qué este peregrinar?

R. La espiritualidad, en contraste con la vida urbana, es uno de sus atractivos; también cuenta la fascinación por las cumbres del techo del mundo.

P. Ante esa espiritualidad quienes, como usted, hablan del Tíbet, parecen creer que los malos de esta historia son los chinos.

R. No exactamente. Mire, mi generación, que era muy progre, se negaba a criticar a China porque allí se estaba experimentando un modelo de sociedad igualitaria que le parecía valioso. Pero, años después de aquel experimento, creo que el igualitarismo ha desaparecido y sólo queda un nacionalismo que se ha empleado para desmantelar la civilización del Tíbet.

P. ¿Sólo yéndonos tan lejos podemos poner fin a nuestra angustia?

R. No. Madrid tiene potestad para hacernos sufrir, pero también posee el don de hacernos gozar.

P. ¿De qué manera?

R. Madrid está repleto de pequeños universos llenos de vida, hay una pluralidad excelente que va desde las comunidades religiosas budistas, por ejemplo, hasta clubes viajeros, que discuten en un clima libre y cosmopolita viajes y sueños.

Las montañas de Buda. Seix Barral. 2.200 pesetas.