ESPÍAS CON ARTE
No sólo jefes de Estado como Winston Churchill se han dedicado en sus horas libres a la pintura. Famosos espías también lo han hecho, y, como demuestra la exposición inaugurada anteanoche en Moscú bajo el título Pintores veteranos del Servicio de Espionaje Exterior, las artes plásticas son una de las aficiones preferidas entre los agentes secretos rusos. Entre los espías-pintores expuestos en la céntrica Casa de los Trabajadores de las Artes, figura el legendario Rudolf Abel -su apellido verdadero era Fischer-, que trabajó en Estados Unidos, fue desenmascarado, hecho prisionero y más tarde canjeado por el piloto Francis Gary Powers, cuyo avión espía fue derribado sobre territorio soviético en 1960. El más veterano de los espías cuyas obras se exponen en la primera muestra pública de este tipo es el retratista Pável Grómushkin, de 85 años
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.