Madre a los 60

Sonriente, en plena forma y con su hijo Joseph David en brazos, Elizabeth Buttle, una granjera de Gales, en el Reino Unido, era ayer la imagen misma de la felicidad maternal. A sus 60 años ha dado a luz un hijo por métodos naturales (es decir, sin fecundación asistida), lo que probablemente constituye un caso único. El bebé fue prematuro y ella precisó una cesárea, pero todo se desarrolló con normalidad. Al tener los 60 años cumplidos, ha sido sin duda la parturienta más veterana del país. Dicho título lo ostentaba desde 1987 Kathleen Campbell, que dio a luz a los 55 años. El famoso libro Guinness recogió en su día tal acontecimiento, que la naturaleza se ha encargado de sobrepasar.

Elizabeth pensó al principio que había entrado en una menopausia algo tardía. Poco podía imaginar que las molestías que notaba eran propias de todo lo contrario. Estaba embarazada de su segundo vástago, sin haberlo planeado, " pero tampoco evitándolo", según ha relatado a la prensa nacional.

Su primera y única hija hasta el pasado 20 de noviembre -fecha del alumbramiento era una chica que ahora tiene 35 años. Y sus tres nietos presumirán ahora de un flamante tío mucho más joven que ellos. Nada menos que casi 20 años le lleva el mayor del trío al pequeño Joseph.

"Es mi milagro particular. Me hace sentirme joven de nuevo", ha reconocido su madre, que volvió al trabajo en su granja de cabras a las dos semanas del parto.

Allí vive desde hace una década con Peter Royston, de 56 años. Antes había enviudado de su primer marido y padre de su hija.

Cuando el matrimonio comprobó que Elisabeth estaba embarazada a semejante edad, se sometieron ambos de inmediato a todas las pruebas a su alcance que pudieran prevenir sobre una hipotética subnormalidad del bebé. A pesar de su edad y del consiguiente riesgo de tener un hijo con síndrome de Down, los análisis de sangre y las ecografías no detectaron nada preocupante.

El niño nació un poco antes de lo previsto. "Yo me encuentro perfectamente. Ha debido de ser el aire puro del campo", repite la mujer, sorprendida ante el revuelo montado en la prensa británica por la insólita maternidad." Peter Royston,camionero de profesión, decoró el mismo la habitación del chico antes de su regreso del Hospital General del oeste de Gales. El director ejecutivo del centro médico, John Power,ha reconocido que todo su equipo se volcó con Elizabeth desde el principio. "Por su edad y lo inesperado de su estado, la hemos atendido con primor. Ahora todos estamos encantados de que madre e hijo se encuentren bien".

Durante el embarazo, no obstante, hubo algunos momentos de tensión. En una comunidad rural, las noticias vuelan, y con ellas, los chismes. La propia madre reconoce haber oído críticas en su pueblo de Cwmann. Los comentarios se referían, como es lógico, a su "madurez" y a los problemas de criar un hijo cuando. ya no se está, en teoría, en edad de procrear. "No lo hemos buscado, pero tampoco hicimos nada por impedirlo "afirma ella, orgullosa, a modo de respuesta.

La italiana Rosanna dalla Corta sigue siendo por ahora la madre más mayor de la historia reciente. Tuvo a su hijo a los 63 años, pero necesitó antes un implante de óvulos. Ella sí había entrado ya en la menopausia.

Sus casos contrastan con el de la madre más joven del Reino Unido. Se trata esta vez de una menor, una niña de 11 años que dio a luz la pasada Navidad. Nadie lo notó en el colegio, y cuando fue llevada al hospital era demasiado tarde para un aborto. Su madre dijo entonces que todavía jugaba con muñecas. El parto fue además muy difícil.

La presentación del niño Joseph David Buttle en sociedad, por otra parte, llega en un momento delicado para la ciencia. Aunque esta vez la naturaleza ha obrado por sí sola, la clonación de seres humanos para parejas estériles está en boca de todos.

El Gobierno laborista se opone a clonar personas, pero si dichas técnicas encontraran suficiente apoyo, no descartaría aprobar ciertos ensayos con fines terapéuticos. Algunos científicos británicos creen que el año 1999 será clave para emprender cualquier proceso de este tipo. Un debate muy lejano para el pequeño Joseph, feliz ya en su "sanísima" granja galesa con apenas dos meses de edad, junto a su hermana de 35 años y sus sobrinos adolescentes.