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Blanco de los Utras Sur

Un pintor colombiano relata la brutal paliza que le propinaron los hinchas radicales

, Boris Saúl Arteaga Erazo, pintor colombiano de 31 años, tiene el odioso título de penúltima víctima de la violencia de los Ultras Sur, según la policía. En la madrugada del pasado domingo fue golpeado brutalmente por seis skins que presenciaron cinco horas antes el derbi Atlético de Madrid-Real Madrid.La víctima, colaborador de la asociación Jóvenes contra la Intolerancia, ha permanecido tres días en silencio. Estaba aterrado. Ayer dio la cara. Tiene el cuerpo lleno de heridas, la nariz rota, los labios partidos y la frente arañada."Fue un ataque racista y xenófobo", fueron sus primeras palabras de ira y rabia.

Recuerda, aún con pavor, la noche del domingo. A las tres de la madrugada de ese día salió de la discoteca Café del Mercado, en el centro comercial Puerta de Toledo. Acompañó a su amiga a un taxi. Al regresar a la sala se topó con cinco jóvenes en la Puerta de Toledo, justo encima del paso subterráneo. Llevaban el pelo al cero y vestían indumentaria skin: botas y cazadoras Bomber. Uno de los jóvenes del grupo le dijo: "¿Qué pasa, te han dejado solito?".

"Vi un poco sus caras recuerda Boris. "Eran caras desencajadas, no me gustó su aspecto". Trató de evitarlos, pero le siguieron hasta darle un golpe en la espalda. Él cree que pudo ser con un puño americano. Cayó al suelo. Sobre el asfalto fue vapuleado a golpes. "No sé si me insultaron o me dijeron algo", prosigue. Le dieron patadas, puñetazos, pisotones. Incluso cree recordar que alguno trató de arrojarle a un subterráneo.

Minutos después despertó. Llevaba la cara ensangrentada. Se dirigió al Café del Mercado en busca de sus amigos. El portero no le dejaba pasar, pese a su estado. Logró convencerle. Pero dentro del local, aturdido, le echaron. "Nadie le quiso ayudar y le dijeron que lo mejor era que se fuese", cuenta uno de sus conocidos. Este periódico intentó ayer, sin éxito, hablar con la sala. Luego, los amigos le trasladaron al hospital Doce de Octubre. Allí pasó 10 horas.

Tres días después de la agresión, la voz de Boris tiembla al decir: "Creo que me podrían haber matado". "Fue un ataque cobarde. Cuando estuve frente a ellos, me dejaron pasar. No se atrevieron cara a cara. Me pegaron cuando les di la espalda, cuando no me veían".

"Yo ni soy del Real ni del Atlético de Madrid", aclara. "Me gusta el fútbol. Nada más. Sólo puedo decir que ahora me doy cuenta de que quieren hacer daño sin más; esto es un fenómeno que crece, y muchos no se dan cuenta". Boris llegó hace dos años a España. Sobrevive gracias a sus viñetas, que publica en periódicos, y a sus cuadros expresionistas. Hasta hace muy poco también salía a la calle para retratar a la gente. "Ahora", dice "me lo pensaré. Nunca se sabe cuándo y dónde te pueden coger".

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El pasado lunes presentó la denuncia en la comisaría. La policía no sólo busca a los agresores del artista colombiano. Otro grupo de ultras del Real Madrid apuñaló esa misma madrugada a Iván Sánchez en la calle de Beneficencia. Iván llevaba una camiseta del Atlético de Madrid. Ayer salió de la UVI.

Jóvenes contra la Intolerancia dice que los agresores de Boris e Iván pueden ser los seguidores Ultras Sur del Real Madrid que en el estadio Vicente Calderón exhibieron durante tres horas un cartel de 20 metros con las palabras "skin heads".

Además, las últimas agresiones, según Jóvenes contra la Intolerancia, responden a una nueva estrategia en la caza de los grupos rapados. "Sus ataques son ahora fugaces", explica Esteban Ibarra, de Jóvenes contra la Intolerancia; "seleccionan a una persona sola, la golpean y además buscan que no haya testigos". Para esta asociación, las agresiones de los ultras se han duplicado en los últimos dos meses. Y mantiene que se triplican tras los partidos de fútbol.

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