China, al borde de la expulsión

, Cuando todo el escándalo del dopaje de los Mundiales de Natación de Perth parecía olvidado, la Federación Internacional de Natación Amateur (FINA) soltó la bomba: "Cuatro nadadores del equipo chino han dado positivo en un control de dopaje. El comité ejecutivo de la FINA ha decidido suspenderlos. provisionalmente de la competición hasta que salgan los resultados del análisis de la muestra B". El comunicado salió a primera hora de la tarde en el Challenge Stadium y provocó una nueva convulsión. Supone poner a China al borde de la expulsión total.Sólo después de la competición se supo más del asunto. El análisis al que se refería el comunicado se hizo a todo el equipo el día 8 de enero, antes de que los nadadores se incorporasen a la competición. La sustancia prohibida ha sido triamterene, un potente diurético. Los diuréticos no incrementan la potencia física, pero se usan para eliminar rápidamente los indicios de la ingestión de otros productos. Los sancionados son tres mujeres y un hombre: Luna Wang, una finalista B en 200 libres; Zhang Yi, finalista B en 100 braza; Cai Huijue, que no nadó los 100 máriposa, y el espaldista Wang Wei.

El asunto ha vuelto a abrir la caja de los truenos porque la normativa de la FINA dice que si dice que si cuatro nadadores de un mismo equipo dan positivo en un control de dopaje, toda la selección nacional debe ser retirada de la competición. Por tanto, una vez que se ha sabido el resultado de las pruebas, lo que cabe esperar es que la Federación Internacional determine la suspensión del equipo chino y la retirada de las medallas que han ganado hasta ahora. Pero la FINA aún no ha anunciado cuál será su modo de proceder en este caso. Ayer se esperaba una conferencia de prensa del presidente, el argelino Mustafá Larfaoui, pero a última hora la organización de los campeonatos comunicó que la comparecencia quedaba aplazada porque los directivos tenían que acudir a una gala. Ante este estado de cosas, algunos han empezado ya a pedir la cabeza de Larfaoui.

Talbot ataca de nuevo

El seleccionador nacional del equipo australiano, John Talbot, uno de los más señalados abanderados contra el dopaje, protestó ayer enérgicamente por la falta de contundencia de la Federación Internacional para terminar con los casos. "La norma de que a cuatro controles positivos, equipo fuera, se la han inventado los de la FINA. ¿A qué esperan para cumplirla? Los escándalos de dopaje ya han provocado demasiados dolores de cabeza en los últimos días. ¿Es que van a venir ahora a decirnos otra vez que son casos aislados, que están arrepentidos? Esto no se puede consentir. Exigimos la expulsión inmediata de China de estos mundiales", bramó.El comportamiento del equipo asiático en los octavos mundiales no hace sino aumentar las sospechas de que algo raro ocurre. Excepto la especialista en estilos Yang Chen, que, aunque está lejos de sus mejores marcas, ha logrado dos oros en lo que va de competición, el resto no está consiguiendo ni entrar en finales. El relevo femenino de 4 x 100 libres, que actuó ayer, evidenció de forma patética que algo no va bien. Se quedaron a más de diez segundos del récord del mundo que consiguieron en Roma (3.37.91), e hicieron el último puesto cuando partían como favoritas para el oro. Pero lo más asombroso. fue la posta de la velocista Le Jingyi, la mujer más rápida de la historia en los 100 libres, que se fue de sus mejores 54.01 segundos a unos más que mediocres 57.95, impensables para una superclase como ella. Aún se espera un pronunciamiento oficial sobre el nuevo escándalo, pero el de la bracista Yuan Yuan, sorprendida con viales de hormona en la maleta cuando intentaba entrar en Austrialia, ya ha recibido sentencia de la FINA. La nadadora será suspendida de la competición cuatro años, y su entrenador, Zhou Zhewen, presunto inductor de la falta, estará sancionado durante un periodo de 15.