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SINIESTRO EN LA RÍA DE FERROL

Una plataforma petrolífera a la deriva por el temporal siembra el caos en Ferrol

Xosé Hermida

, La asombrosa excursión de la plataforma petrolífera Discoverer Enterprise terminó felizmente a media tarde de ayer, cuando siete remolcadores lograron sacarla de su encallamiento y devolverla a los muelles del astillero de Astano, en Ferrol (A Coruña), donde estaba siendo construida. El gigantesco buque equipado para prospecciones -el mayor del mundo, con 254 metros de eslora- rompió amarras a la 1.30 de la madrugada a causa del temporal, quedó a la deriva y colisionó contra el puente de As Pías, la principal vía de acceso a la ciudad gallega (90.000 habitantes), que se hundió en su parte central. La comarca ferrolana vivió a partir de entonces una jornada caótica con las carreteras colapsadas por retenciones de hasta siete kilómetros y unas 20.000 personas sin suministro de agua potable.

Poco después de la una de la madrugada de un martes y 13 que no se olvidará con facilidad en Ferrol, el viento soplaba ferozmente a una velocidad superior a los 110 kilómetros por hora. En el muelle número 10 de Astano, el viejo astillero en declive por la crisis de la construcción naval, un grupo de obreros se afanaba a bordo de la Discoverer Enterprise, el nuevo orgullo de la factoría, botada el pasado 12 de diciembre, pero que no iba a ser entregada hasta el próximo abril. De repente, se recibió un aviso de los guardias de seguridad de la factoría: "El viento rompió las amarras y se nos lleva el barco. Salid inmediatamente". Mientras abandonaban a toda prisa el buque-plataforma, los obreros apenas oyeron un chasquido.Un remolcador atracado en las proximidades trató de detener el avance, pero sus esfuerzos fueron inútiles ante la fuerza del viento y la aceleración que ya había tomado la gran mole de 19 metros de altura. En el cercano polígono de viviendas de Caranza, una mujer vio la plataforma avanzar inexorablemente hacia el puente de As Pías, una vía de un kilómetro de longitud que comunica las dos márgenes de la ría. Su aviso permitió a la policía local llegar a tiempo de cortar el tráfico justamente en el momento en que la derrota de la plataforma a la deriva coincidía con el trazado del puente, por el que circulan a diario unos 35.000 vehículos.

El viento aullaba de tal modo que, a poco más de 300 metros del lugar de la colisión, Fernando, el empleado de una gasolinera, no oyó nada. Extrañado por el inusual trasiego de policías, asomó la cabeza y descubrió una montaña flotante que parecía haber atracado mansamente junto a los pilares de la estructura viaria: el costado de estribor pegado a las farolas del alumbrado público y la proa mirando hacia Ferrol. Era la 1.27, según registraron los servicios de protección civil de la ciudad.

El puente de As Pías, el gran proyecto que, junto a Astano, regaló Franco a su ciudad natal en pleno apogeo del desarrollismo, se había quebrado. El impacto hizo desmoronarse la estructura de los 300 metros de puente apuntalados en el mar -el resto descansa sobre tierra de relleno- y unos 100 metros se vinieron abajo: la carretera quedó cortada limpiamenté en un precipicio sobre el agua. Por encima del puente se, elevaban los chorros procedentes de las tuberías rotas por la colisión, que suministraban a las cercanas poblaciones de Fene, Ares y Mugardos.

El alcalde de Ferrol, Juan Blanco (PP), llevaba todo el día en la cama por la gripe, pero la emergencia lo puso en pie. "Es una desgracia. Ya estábamos mal comunicados y lo que nos faltaba era esto", se lamentó con el mismo tono fatalista que mostraron muchos de sus vecinos, convencidos de que Ferrol -que languidece tras el drástico proceso de reconversión industrial, tiene una de las mayores tasas de alcoholismo de España y ha sufrido recientemente otras catástrofes, como la marea negra del petrolero Mar Egeo, en 1993- está tocado por algún maleficio.

A las seis de la madrugada, todavía bajo el viento y la lluvia, los bomberos y el personal de Astano lograron subir al casco de la plataforma y comprobar que los desperfectos no eran de importancia. Se podía intentar la maniobra de remolque, pero hubo que esperar hasta la pleamar, a las cinco de la tarde. Del Discoverer Enterprise tiraron siete buques, que lograron devolverlo a Astano, no sin algún sobresalto, ya que un cable del remolcador Alonso de Chaves se enredó en la hélice de otra embarcación.

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Muchas personas no se enteraron del accidente hasta primera hora de la mañana, cuando se disponían a acudir al trabajo. Y pronto sufrieron sus consecuencias: retenciones de hasta siete kilómetros en la única vía disponible de acceso a Ferrol y el servicio de agua potable interrumpido en algunos municipios del extrarradio, un problema para el que todavía se estaba buscando anoche solución.

Medidas urgentes

El presidente de la Xunta, Manuel Fraga, encabezó la larga lista de autoridades que se desplazaron a la ciudad. Allí explicó que ha hablado con el presidente del Gobierno, José María Aznar, y el vicepresidente primero, Francisco Alvarez Cascos, quienes han comprometido su ayuda para paliar urgentemente los desperfectos. El puente tendrá que ser reconstruido por completo y los ferrolanos pueden vivir en un atasco permanente durante un año.Como alternativa, Aznar también ha pedido al Ministerio de Fomento que acelere el proyecto relativo a la autovía Fene-Ferrol, que podría aprobarse en marzo para que las obras se licitaran entre abril y mayo.

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Sobre la firma

Xosé Hermida
Es corresponsal parlamentario de EL PAÍS. Anteriormente ejerció como redactor jefe de España y delegado en Brasil y Galicia. Ha pasado también por las secciones de Deportes, Reportajes y El País Semanal. Sus primeros trabajos fueron en el diario El Correo Gallego y en la emisora Radio Galega.

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