Bodiroga maraviIla

Corría el minuto 13 y Martín decidió dar descanso a Bodiroga. 28-23 ganaba el Madrid. Y de repente, la oscuridad. El equipo se sintió huérfano. De ideas, de imaginación y de soluciones. De baloncesto. Para el Valvi aquello fue una invitación para el paraíso. Y allí se fue, incrédulo y con ventaja (33-36) en el descanso.Martín, en la reanudación, decidió dejar los experimentos para mejor ocasión. Dos minutos le bastaron a Bodiroga para hacer siete puntos, capturar dos rebotes e inventarse una asistencia de lujo. Dos minutos le bastan a Bodiroga para resolver un partido de la ACB.

El Madrid malvivió muchos minutos porque Buck Johnson lo masacró desde la media distancia. Hasta que se cruzó con Rogers. La defensa alterna del Valvi traía loco al cuadro blanco, que le ha cogido gusto a perder posesiones. Sólo Santos acertaba desde la lejanía. Luego le acompañaría Angulo en la tarea, cuando Bodiroga decidió que todos, especialmente Mijailov, debían participar de la fiesta.

El yugoslavo firmó una tarjeta de escándalo: 29 puntos, con 12 canastas de 14 tiros, siete rebotes y seis asistencias. Tarda en cargar el brazo. Pero es que si no lo hiciera, no viviría en Madrid , sino en la NBA. Ayer se hizo dueño de la situación cómo y cuándo quiso, se echó a los suyos al hombro, empequeñeció al Valvi, que no aguantó la ausencia de Middleton, enseñó mil maneras de agujerar una defensa, se divirtió, hizo lo imposible porque Bueno, un juvenil, encestara. Convirtió un partido del montón en una maravilla.