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RALLY PARÍS-DAKAR

Roma se salva de un adiós prematuro

, El Dakar estuvo a punto ayer de acabar para España. A pesar de que la carrera aún tiene que recorrer más de 4.200 kilómetros en su última semana, la única esperanza de éxito, la de Joan Roma (KTM), pareció morir en la última parte de la novena etapa, cuando el motor de su moto se rompió. Sin embargo, un nuevo problema con el cronometraje motivó que la organización diera como válida para la etapa de ayer la clasificación al paso por un control anterior a la meta. Roma, cuya avería se había producido precisamente después de ese control de paso, se salvó por la campana de decir adiós a su esperanza de pelear por la victoria. Ahora se mantiene segundo entre las motos a 4m. 58s. del francés Stephane Peterhansel (Yamaha).

Muchos expertos auguran un brillante futuro a Nani Roma en el París-Dakar. Le consideran el sucesor de Jordi Arcarons, incluso de Peterhansel. Vive su tercera participación en el gran raid africano y de nuevo ha conocido el sinsabor del desierto. En 1996 arrancó muy rápidamente, pero una caída le dio la primera lección. El año pasado se tomó las cosas con más calma hasta sufrir un despiste antes de la mitad de la carrera y pegarse otro costalazo que le devolvió prematuramente a casa. Ayer conoció la tercera regla: en el Dakar no sólo sufren los hombres; las máquinas también dicen basta. Y poco después, se enteró de la cuarta: en África importa mucho la suerte.

La KTM número 19 se paró casi al final del trayecto entre El Mreiti y Taoudenni (Mauritania). Su motor sucumbió al elevado ritmo que Roma había llevado para mantenerse en las posiciones notables, cerca de Peterhansel. Lo mismo le había ocurrido a Arcarons dos días antes. La diferencia entre los dos colegas estuvo en que ayer la organización, involuntariamente, echó una mano a las ilusiones del Nani. El enésimo conflicto con el cronometraje en esta edición salvó al piloto catalán, que no obstante tardó mucho en llegar al campamento. El episodio sucedió en una zona de repostaje en la que los pilotos disponen de 15 minutos y los comisarios se confundieron. No tuvo la misma fortuna uno de los favoritos, el italiano Eddi Orioli (BMW), que abandonó al romper el motor. El ganador del día fue su compatriota Fabrizio Meoni (KTM).

En coches, los Mitsubishi no aflojan. No atenúa su dominio ni la dureza de la carrera. Después de la novena etapa, ganada por el japonés Hiroshi Masuoka (Mitsubishi), el líder sigue siendo su compañero francés Jean Pierre Fontenay. Hasta ayer, Miguel Prieto (Mitubishi) y Salvador Servià (Nissan), aunque fuera de los 10 primeros, peleaban por ser el primer español. Hoy se disputa la décima etapa, con 806 kilómetros cronometrados. Puede resultar decisiva a la vista de la situación.

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