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Reportaje:

Brunete no encuentra la paz

El municipio lleva cuatro años entre convulsiones, mociones de censura, amenazas, insultos y querellas

, "Donde las dan las toman. Si antes era bueno para el pueblo que estuviese el Partido Popular ahí, sin convocar la moción de censura, ahora es bueno que esté yo". Son palabras de Julio Fernández, el alcalde de Brunete, que gobierna en jaque continuo, desde hace meses, contra 10 de los 11 concejales que componen el Ayuntamiento, los mismos que le pusieron una moción de censura que debería votarse en un pleno que éste se niega a convocar.

Brunete vive una especie de sainete entre cómico y dramático. Las últimas elecciones municipales las ganó, por mayoría simple, el PP, que metió cinco concejales en el Ayuntamiento, pero no los suficientes para conseguir la alcaldía. Los seis restantes se repartieron entre el PSOE (uno), IU (dos), Grupo Independiente de Julio Fernández (dos) y Grupo Independiente de Vicente Calderón (uno).

Todos se mostraron de acuerdo para unirse contra el PP, porque el cabeza de lista popular, Aquilino González, tampoco había querido someterse a otra moción de censura cuando gobernaba en minoría en 1994. "Parece una maldición", comenta una señora mayor en los soportales de la plaza, "pero, cuando llegan a la alcaldía, se agarran al sillón como lapas y no hay quien les eche. ¡Al Aquilino, los de Izquierda Unida, le pusieron una demanda y todo ... ! Luego, no sé qué pasaría, pero terminó por hacerse amigo de Montero [IU]'... Creo que hasta quisieron pactar para gobernar juntos. ¡El PP y los comunistas juntos!".

En el Casino de la Cultura, los viejos juegan a las cartas en silencio y no quieren comentar nada. Sólo uno de ellos, cuando comprueba que no hay nadie, explica: "Sí, es cierto. Montero [IU] quiso pactar con el PP y llegó a tenerles muy convencidos, pero parece que alguien del PP en Madrid más serio les dijo que si pactaban les largaban del partido, y se echaron atrás. Pero e Montero se lleva mejor con el sector más duro del PP que con los socialistas. ¡Si hasta su hija llegó a agredir a la mujer del concejal socialista en un pleno!".

El asunto es que Aquilino Gonzalez fue derribado y su lugar fue ocupado por el independiente Julio Fernández en junio de 1995. Sin embargo, éste también fue objeto de moción de censura en agosto pasado gracias a la firma de los cinco concejales del PP y la de Vicente Calderón, del Grupo Independiente. El motivo: la situación en el Ayuntamiento se hizo ingobernable y en los plenos no se lograba sacar un solo asunto adelante. Cuando Julio Fernández, como su antecesor, se negó a convocar la moción de censura, el resto de sus concejales dimitió, incluida su propia compañera de grupo, que también firmó la moción de censura. El alcalde se quedó solo en el Ayuntamiento, gobernando a decretazos.

"Decía que, cuando acabaran las fiestas de septiembre, igual se iba. Pero ahí sigue", comenta un abuelo que viene del quiosco, calle arriba, con el periódico bajo el brazo. "Ya lo ve usted, todos los días salimos en los papeles, y eso no es bueno. ¿Las fiestas? Ya le digo,, las organizó él [Fernández], con su mujer y tres amigos, que pidieron la ayuda de la gente de las peñas".

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Por la calle larga del campo de fútbol, que termina en el cementerio, camina un matrimonio mayor. Vienen de un entierro: "Era un buen hombre, si, señor Vicente Leal. Un comunista íntegro y honrado. ¿Los de ahora? Pues habrá de to, como en botica. Pero ser comunista en Brunete antes tenía mucho mérito. Eramos seis u ocho, y escondíos. Claro, que bien calaos nos tenían a tos. Cuando venía Franco a las cacerías, ¡todos al cuartel de la Guardia Civil, por si acaso ... ! Ja, ja, ja'. Estaban los Gamella, alguno de los Calzones, Perico el Sapo y poco más. Trabajadores todos, gente currante. Rufino Gamella se habrá picao medio pueblo, que está hecho en granito. Los trajeron presos y los mandaron reconstruir el pueblo después de la guerra. Rufino fue concejal en las primeras elecciones municipales, y salió igual que entró. ¿Ahora? Mira el que tenemos [Manuel Monterol, tiene chalé con piscina y un Audi para ir a trabajar a no sé dónde, y ya ha colocado a su mujer y a su hija en Geriasa" [residencia de ancianos del municipio]. En relación al caso Geriasa, el alcalde, Julio Fernández, dice que. "Montero se cambió de chaqueta y favoreció con su voto la concesión de la licencia de la residencia Geriasa, donde su esposa y, posteriormente, su hija trabajan". Montero rechazó responder a EL PAÍS sobre este tema.

Cinco meses después de que los actuales concejales pidiesen la moción de censura contra Fernández, el todavía alcalde sufrió un accidente de tráfico que le tuvo internado varios días en un hospital de Madrid. Se vio obligado a delegar sus poderes en los, cabezas de lista del PSOE, IU y PP. Éstos, inmediatamente, convocaron la moción de censura para el día 29 de diciembre.

Pero Julio Fernández volvió a Brunete unos días antes del 29 y destituyó a los tres tenientes de alcalde. También desconvocó el pleno, alegando no encontrarse recuperado. Sin embargo, en Nochevieja apareció de madrugada en el baile del pueblo, se subió al escenario y desde allí dio una especie de mitin.

La tarde del sábado 3 de enero, los representantes de los 10 concejales que piden la moción de censura convocaron al pueblo para una asamblea informativa. "El PP de Brunete", dijo su actual líder, Concepción Iglesias (PP), "va a poner una querella criminal por prevaricación contra Julio Fernández, que tiene secuestrada la voluntad del pueblo". Hoy es la fecha fijada para ello. Juan Antonio Turrero (PSOE) y Manuel Montero (IU) se sumaron a lo dicho por la representante del PP.

Pero Fernández quiere morir matando: "Voy a pones en manos de los jueces el comportamiento que tuvo en su día Aquilino, porque tenía embargado el sueldo por orden del juez y, sin embargo, lo cobraba. Eso lo pondré en manos de un juzgado de ,guardia, para ver si es constitutivo de delito. En caso de que ellos vean la irregularidad, que, creo que existe, que actúen de oficio y pongan la querella. Aunque, si hace falta que alguien dé la cara, yo lo haré. Además, estoy investigando las ¡legalidades de los del PP, que son muchas".

"A este pueblo", comenta un vecino de Brunete, "antes sólo se le conocía por la batalla de la guerra civil. Al menos yo, que llevo aquí cinco años. Después mejoramos un poco con lo del fútbol televisado de los niños, las carreras con Induráin y Delgado... Pero ahora llega otra vez la mala fama. Y es una pena, porque es un sitio precioso para vivir, cerca de Madrid, en el campo... Tenemos de todo, menos un buen alcalde".

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