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El ex arzobispo de Viena, sometido a nuevos cargos de abusos sexuales

Las nuevas denuncias provocan su dimisión como prior de un convento

, Hans Hermann Groer, ex arzobispo de Viena, no desempeñará el cargo de padre superior del convento benedictino de María Roggendorf en Viena, después de que se le haya acusado de nuevo como presunto responsable de abusos sexuales. Hace tres años, la revelación de la denuncia contra Groer sumió a la Iglesia católica austriaca en la mayor crisis sufrida desde la Segunda Guerra mundial.

Hans Hermann Groer, de 78 años, se ha retirado para facilitar las investigaciones, según Clemens Lashofer, prior de la abadía de Gottweig de la que depende el convento de Roggendorf, según ha informado la agencia de prensa católica Kathpress. El abad ha subrayado que Groer rechaza estas nuevas acusaciones.Según explicó Lashofer, las supuestas víctimas eran en aquel entonces mayores de edad. "Se trata de una cuestión de palabra contra palabra, que habrá que analizar de manera objetiva", añadió.

Groer fue arzobispo de Viena entre 1986 y 1995, año en el cual fue acusado, por primera vez, de abusar sexualmente de Josef Hartmann, un alumno al que enseñaba teología entre 1972 y 1976 en el seminario de Hollabrunn, cerca de Viena. Por aquel entonces, Hertmann contaba entre 14 y 18 años y el asunto jamás ha sido esclarecido. Otros cuatro alumnos alegaron que el arzobispo les molestó. Groer nunca desmintió ni negó estas acusaciones.

El escándalo provocó que cientos de austriacos abandonaran la Iglesia católica. En 1995 más de 500.000 feligreses firmaron una petición en la que reclamaban reformas en la Iglesia, incluida la eliminación del celibato. Hertmann, el principal acusador del ex arzobispo. de Viena, rompió su silencio de 20 años en 1995 porque le pareció "hipócrita" que Groer citara en febrero de ese mismo año a la Biblia en una carta pastoral en la que condenaba a los pederastas, "que no llegarán al reino del Señor".

"Al comienzo eran sólo caricias y piropos sobre mi cabello rizado", relató Hartmann, al recordar su internado. "Yo tenía una apariencia muy femenina y esto le debió gustar a Groer". El entonces sacerdote tenía algo más de 50 años y no desempeñaba ninguna función en el internado pero era el consejero espiritual de los alumnos de cursos superiores. "Por eso nadie sospechó" cuando HartmaInn era llamado a los posentos de Groer por las ardes o noches, "unas tres veces por semana".

Según Hartmann, el más tarde arzobispo de Viena le dijo que podría adquirir una infección de pene si no realizaba su higiene de manera adecuada: "Me enjabonaba todo el cuerpo y me limpiaba el miembro. El estaba muy excitado y su erección era visible'' Yo era muy introvertido no me atrevía a resistir", recordaba Hartmann al reconocer que él era "emocionalmente dependiente del prelado, que le condenaba como "pecador" por masturbarse y luego le "consolaba en la cama".

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