Una nueva muerte golpea a la familia Kennedy
Camelot estaba ayer de luto una vez más. En las últimas horas del año 1997, ese reino imaginario que los norteamericanos asocian a la familia Kennedy volvió a perder trágicamente a uno de sus príncipes. Faltaba muy poco para el Año Nuevo cuando Michael Kennedy murió esquiando imprudentemente en una pista de Colorado. Hijo del senador Robert Kennedy y sobrino del presidente John F. Kennedy -los dos asesinados en los años sesenta-, Michael era el miembro de esta histórica familia demócrata que fue acusado de seducir a una canguro de 14 años.
Michael Kenedy, de 39 años de edad, separado de su esposa desde el escándalo de la canguro y padre de tres hijos, falleció al resbalar y estrellarse contra un árbol de una pista de Aspen (Colorado). Según testigos presenciales, él y otros miembros de la familia estaban jugando al fútbol norteamericano sobre la nieve, con los esquíes puestos pero sin los palos correspondientes. Transportado a un hospital, falleció a las 19.50, hora de la costa atlántica estadounidense, seis más en la península ibérica.Al conocer la noticia, ya en plena Nochevieja, el presidente el Bill Clinton abandonó la fiesta en la que participaba en un hotel de Carolina del Sur para telefonear a la familia Kennedy y expresarle sus condolencias ante esta "nueva tragedia personal". Al Gore, buen amigo de los Kennedy, hizo otro tanto.
Michael era el sexto de los 11 hijos que tuvieron el senador Robert Kennedy y su esposa Ethel. Uno de sus hermanos, David, falleció en Florida en 1984 de una sobredosis de drogas. Él mismo, como muchos otros miembros del clan, siempre tuvo tendencia al alcoholismo. Era presidente de Citizens Energy, una organización humanitaria que suministra combustible para la calefacción a familias pobres.
Los Kennedy preparaban ayer Ios funerales. "Michael", afirmó un comunicado oficial, "fue un maravilloso padre, hijo, hermano, primo y amigo, y su familia agradece las oraciones que se le dediquen en estos momentos trágicos".
El senador Edward Kennedy, hermano de los asesinados John y Robert, declaró desde Massachussets que él y su esposa tenían "el corazón roto" por la pérdida de su sobrino. Michael fue el administrador de la campaña que en 1994 condujo a la reelección para un escaño en el Senado de su tío Edward.
Michael Kennedy tenía 5 años cuando su tío, el presidente John Kennedy, fue asesinado, y 10 cuando su padre sufrió la misma suerte. Un hermano de John y Robert, Joseph P. Kennedy, había muerto al estrellarse su avión durante la 11 Guerra Mundial.
El pasado abril, The Boston Globe publicó que Michael Kennedy llevaba varios años manteniendo relaciones sexuales con la canguro de sus hijos.El asunto, según el diario, había comenzado cuando la muchacha tenía tan sólo 14 años. Victoria Gifford Kennedy, la esposa de Michael, lo descubrió cuando encontró a su marido y a la muchacha en el lecho conyugal.
Relación con la canguro
La fiscalía del condado de Norfolk abrió una investigación oficial, pero tuvo que cerrarla cuando la muchacha, que ahora tiene 19 años, se negó a declarar contra Michael. Sostener relaciones sexuales con un menor de edad está considerado un delito de violación en Massachussets. Sin desmentir las acusaciones, Michael Kennedy confesó que tenía "problemas con el alcohol" y había cometido "serios errores" en su vida sentimental.Si el poder de la que es denominada "la familia real" de EE UU consiguió enterrar judicialmente el caso, sus consecuencias fueron devastadoras no sólo para Michael sino para el conjunto familiar. Los Kids, los Chicos, como son conocidos los miembros de la nueva generación del clan, se habían metido en un nuevo lío. Joseph P. Kennedy 11, hijo del senador Robert Kennedy y hermano de Michael, tuvo quedar un brusco frenazo a su prometedora carrera política. Congresista en Washington durante cuatro legislaturas consecutivas, Joseph aspiraba al puesto de gobernador de Massachussets. Pero la nueva asociación de su apellido con un escándalo sexual le obligó a retirar su candidatura.
Inteligentes, seductores y con una gran capacidad para los asuntos públicos, los Kennedy llevan medio siglo aportando grandes empresarios y políticos a EE UU. Pero, con una pasión por el alcohol y el sexo que parece congénita en muchos de sus miembros, también provocando escándalos monumentales. Edward Kennedy, el superviviente de la generación de John y Robert, vio frustradas sus ambiciones presidenciales cuando en 1969 el coche que conducía, presumiblemente bebido, cayó al lago Chappaquiddick. Su secretaria falleció ahogada. La brutalidad con la que el destino se ceba en los miembros de la corte de Camelot hace que, sin embargo, los norteamericanos terminen perdonándoles casi todo.
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