Garzón

Buscaría el rostro de Garzón; sí, para encontrar el hombre del año, buscaría el que ha destacado de entre sus aparentemente iguales por buscar algunas fomas de justicia posible. Y ha sido un hombre del que se han burlado muchos: por algo como querer procesar a los culpables de los crímenes en Chile y Argentina. Cuando el siempre injusto Clinton quiere formar un tribunal para perseguir crímenes de guerra reaparece Pinochet en las primeras páginas con su capa draculesca: se va a jubilar del Ejército, será senador vitalicio y dice que su conciencia está limpia: defendió su país contra el bolchevismo, los vendepatrias y los ateos. Vaya Clinton y se lo lleve, con el desparpajo y la criminalidad con que su país se llevó a Noriega. Vaya a la Argentina y saque de allí, hacia sus sombras de Singsing, a quienes mataron a sus semejantes desarmados y civiles civilizados: en lugar de buscar sólo a serbios. Garzón es el hombre que se fue de un Gobierno porque dentro se formó una banda parapoliciaca y la llamó GAL; y la persiguió al volver a la judicatura, por lo cual se estudia seriamente si los jueces pueden dedicarse a la política: no vaya a ser que encuentren crímenes y los quieran castigar. Es el que se ha enfrentado a este otro Gobierno cuando han querido perseguir a los que no eran sus servidores en materia de prensa. Y el que ha dicho que, de alguna manera, hay que buscar, reclamar y denunciar a los asesinos de Argentina y Chile: mataron también españoles, y no es que los españoles sean distintos, sino que entran en sus poderes judiciales. Con escándalo de Mariscal de Gante, de Fungairiño y de Cardenal, cuya presencia a la cabeza de la justicia gubernamental es una definición del tal Gobierno.Claro que hay más hombres y más mujeres que puedan dar el rostro del año. Simplemente, los hombres y las mujeres que viven, o lo intentan: los que votaron al PP creyendo que no debían volver a votar a Felipe en la suposición de que éste había dejado hacer la corrupción y el crimen y se han encontrado con esta harca; los que votaron al PSOE a pesar de todo y ahora están maltratados o desahuciados; los que no votaron a nadie y no tienen a nadie. Pero la costumbre en los escaparates del protagonismo exige un "hombre del año", y yo pienso en Garzón cuando veo la foto de Pinochet. Al que veo, digo, retratado con el mismo uniforme con el que siguió, en lugar preferente, el féretro de su amigo, compañero, conmilitón, Franco.