El PP advierte a CiU que recibirá el castigo de las urnas si fuerza el adelanto electoral

CiU recibirá el castigo de las urnas si trunca su acuerdo con el Gobierno y fuerza un adelanto electoral. "Los nacionalistas serán penalizados en las urnas", dijo Alberto Fernández Díaz, dirigente del PP de Cataluña. "Sería poco responsable", añadió el ministro para las Administraciones Públicas, Mariano Rajoy. Esta es la respuesta del PP a la posibilidad de que en Convergència Democrática de Catalunya (CDC) venzan los partidarios de romper con el Gobierno. Hay un sector de CDC proclive a romper con el PP, reconoció el dirigente nacionalista Josep López de Lerma.

Estos son los tambores que han empezado a sonar como preparación de la entrevista que mantendrán hacia mediados de enero Pujol y Aznar y como antesala del voto en contra que el PP emitirá el próximo martes, en el Parlamento de Cataluña, cuando se vote la ley de normalización linguística, la llamada ley del catalán.Los nacionalistas no dejan de dar avisos al Gobierno central de que' su apoyo no es incondicional sino que debe ser fruto de negociación casi diaria. La noticia de que las dudas sobre el compromiso con el Gobierno central vuelven a atenazar a la dirección de CDC, según informó ayer La Vanguardia, han sorprendido al Gobierno, que estaba confiado en la solidez de su alianza después de que los nacionalistas catalanes aprobaran la pasada semana los Presupuestos del Estado. Quizá el Gobierno no conocía que al final del debate algunos dirigentes nacionalistas comentaban que a Cataluña no le había ido demasiado bien con estas cuentas.

Debate y división

Lo cierto es que el lunes la dirección de CDC debatió y se dividió sobre si debe romper con el PP y adelantar elecciones. El vicepresidente del Congreso de los Diputados y dirigente de CDC, Josep López de Lerma, lo confirmó ayer: "Es cierto que en nuestro partido hay algún sector proclive a dar por finalizado el acuerdo con el PP, al igual que era cierto que cuando empezaron las conversaciones para formar Gobierno un sector tampoco quería darles apoyo", recordó el político catalán.La respuesta del PP fue, dura y la del Gobierno doliente. El presidente del PP de Cataluña, Alberto Fernández Díaz, advirtió a CiU que recibirá castigo si deja caer al Gobierno de España: "Las urnas penalizarán a CiU si fuerza un adelanto electoral, porque pondrá en peligro la recuperación económica, la mejora del empleo y el bienestar de España". El coordinador parlamentario del PP, Rafael Hernando, preguntó a los nacionalistas "si es responsable plantearse romper el pacto de Gobierno cuando España está a la cabeza de los países. europeos en la cita con el euro".

El Gobierno apeló "a la seriedad y a la responsabilidad" de los nacionalistas catalanes. El ministro para las Administraciones Públicas, Mariano Rajoy, opinó que "lo sensato lo es que las cosas sigan como al han ido durante el último año y medio y que la legislatura llegue hasta el año 2000".

Tanto de un lado como de otro se cita la próxima reunión de Pujol y Aznar como elemento a tener en cuenta para explicarse esta nueva incomodidad. Antes del quince de enero, ambos políticos se reunirán para ver de qué manera encauzan el nuevo año. Los preámbulos no son buenos, porque CiU abandonó la pasada semana al Gobierno con su decreto de Humanidades y el próximo martes será el PP quien vote en contra en el Parlamento de Cataluña de la llamada ley del catalán. "Tenemos una concepción distinta de España y del Estado", dijo con naturalidad López de Lerma, que restó trascendencia a la entrevista que mantendrán en los próximos días su líder y el de los populares.

Este dirigente nacionalista asegura que el "calendario electoral" no tiene por qué ser el tema central de la reunión, aunque no quiso obviar que "en algo más de un año vayan a celebrarse elecciones vascas, catalanas, europeas, municipales, autonómicas y generales". López de Lerma pone el énfasis de las preocupaciones de su grupo en la necesidad de trabajar "más en común, más en grupo". De nuevo surge en los nacionalistas el reproche de que el Gobierno toma decisiones que no les consulta, pero luego les pide el apoyo.

Única baza

La única baza que tienen los populares para sentirse seguros de que a CiU no le resultará nada fácil romper con ellos de manera anticipada es la de la justificación. Y tienen razón. Dirigentes nacionalistas afirman desde hace meses que si se trunca el pacto no quieren aparecer ante la opinión pública "como los malos". En esta línea se manifestaron ayer tanto Rafael Hernando (PP) como el ministro Mariano Rajoy. ¿Por qué ponen en peligro la estabilidad del país?, se preguntaban.En CiU se está atento a lo que piensen los ciudadanos catalanes. El adelanto de las elecciones en esa comunidad para la próxima primavera tendría de ventaja la ausencia de candidato claro en el PSC, según apuntan en CDC.

Los forcejeos entre PP y CiU dan pie al PSOE para afirmar que en 1998 "habrá turbulencias electorales", según expresión de Alfredo Pérez Rubalcaba en declaraciones a Europa Press. "Da la impresión de que a CiU y al PP les puede interesar la separación: El señor Pujol diría que ha roto con Aznar porque no le gustan sus modos para con Cataluña; y el señor Aznar diría que ha roto con Pujol porque está harto de, imposiciones", dijo Rubalcaba.