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Entrevista:

"Pocas galerías se arriesgan a exhibir cerámica

De todas las ocupaciones terrenales, la de María de Andrés es la que más se acerca al hecho divino: ella es capaz de dar forma y vida a una porción de barro. Escultora-ceramista de 38 años, se propone sacar la cerámica del reducto de los mercadillos de artesanía y las tiendas de decoración para introducirla en las galerías de arte, un reto que se planteó nada más finalizar sus estudios en la Escuela Oficial de Cerámica de Madrid, hace ya una década. A pesar de la dificultad para sobrevivir exclusivamente del trabajo de ceramista, abandonó una colocación estable en un ministerio para dedicarse por entero a la escultura. Alquiló una nave en el barrio de Salamanca y en ella instaló su taller, que comparte con tres colegas. Aunque económicamente ha sido una ruina, dice que no se arrepiente de su decisión. La ausencia de arrugas en el ceño y su sonrisa permanente garantizan que no va de farol. Sus esculturas recrean volúmenes geométricos muy simples, pero cargados de simbolismo: cilindros, triángulos, cuadrados, prismas y espirales que evocan la síntesis y la eternidad de la forma.Pregunta. La cerámica se asocia exclusivamente a la artesanía: figuras, platos, céniceros, jarrones... Pero usted no hace este tipo de objetos.

Respuesta. El público que acude a mis exposiciones se sorprende mucho cuando descubre que el material de mis esculturas es cerámica. La gente piensa al principio que es hierro o madera y le cuesta creer que es barro.

P. No hay muchos ceramistas que se arriesguen a pasar al ámbito de la escultura.

R. La cerámica siempre se ha considerado un material pobre, un arte menor. Hemos creído siempre que no podíamos competir en otros campos y somos muy Pocos los que lo hemos intentado. También es cierto que exige un gran esfuerzo en todos los sentidos. Hay pocas galerías de arte en Madrid dispuestas a acoger una exposición de cerámica y, por otra parte, es mucho más comercial la artesanía que la escultura, por la sencilla razón de que el arte es más difícil de entender.

P. ¿No se considera una artesana?

R. No reniego de la artesanía. Pero, en el campo de la escultura, el proceso de creación es exactamente el mismo en cerámica que en cualquier otro material y, por tanto, quiero que se me valore como a una artista.

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P. La Escuela Oficial de Cerámica tiene una gran tradición en Madrid. ¿Los alumnos se lo plantean como una profesión o sólo como una afición?

R. En principio, todo el mundo quiere dedicarse por entero a la cerámica, pero la mayoría de los alumnos, con los años, lo tiene que dejar, porque es muy difícil vivir de ello. Los ceramistas no tenemos ninguna ayuda institucional. El único apoyo nos llega de la escuela, que ha creado una bolsa de trabajo.

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