El Celta sigue sin ganar en San Lázaro
La maldición de San Lázaro sigue persiguiendo al Celta que no ha conseguido vencer al Compostela en las siete ocasiones en que ambos equipos se han enfrentado en la máxima categoría. Esta vez el mejor aliado de los locales fue el encharcado estado del campo que les permitió contrarrestar la mayor calidad de los jugadores del Celta. Tras tres partidos en los que encajó goleadas, el Compostela consiguió un punto que no llegó a colmar sus aspiraciones porque tuvo más ocasiones para alcanzar la victoria que su rival. Al Celta sólo le queda pasar página e intentar volver al camino del buen fútbol que ayer abandonó.El Compostela supo aprovecharse desde el inicio de la ventaja que le concedía el estado del terreno de juego. Pronto se vio que el Celta no se encontraba cómodo con tanta agua sobre el césped y que el sabor de buen fútbol que ha dejado en casi todos sus partidos de esta temporada no iba a aparecer. En un principio el dominio fue alterno y con ocasiones para marcar por ambas partes, aunque las mejores fueron para el Compostela en dos remates fallidos de Bellido y Fabiano.
En el último cuarto de hora del primer tiempo la depresión futbolística del Celta se hizo más patente y el empuje del Compostela acabó por llevarlo a encerrarse en su área, algo que resulta extraño en el equipo de Irureta esta temporada. Durante esos minutos el área de Dutruel olía a pólvora y el Celta se traicionó a sí mismo recurriendo al poco estético remedio del patadón. El silbato del árbitro fue un alivio para el Celta y puso fin a los mejores momentos que tuvo el Compostela para poder decidir el combate a su favor.
Tras el descanso el Compostela se replegó y el Celta recuperó posiciones sobre el campo, pero ahora la amenaza para Dutruel llegaba en el contragolpe. Penev tuvo dos buenas ocasiones para poner en ventaja a su equipo, mientras en el área contraria el ataque del Celta amagaba pero no llegaba a inquietar. Casi todo el peligro celeste ve nía por disparos lejanos o en acciones a balón parado, pero ni siquiera Mostovoi tenía el punto de mira afinado en las faltas.
El partido se murió en los últimos minutos, en los que ambos equipos parecieron conformarse con el empate y optaron por repartirse los puntos.
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