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Descubiertas seis balas dentro de la cárcel de Alcalá-Meco

Seis cartuchos de pistola de pequeño calibre fueron descubiertos el pasado día 1 en un departamento de duchas de la cárcel de Alcalá-Meco (Madrid), que alberga entre otros a miembros de ETA. Las balas estaban en un envoltorio adosado a un radiador de las duchas del módulo 1. Instituciones Penitenciarias precisó que la munición "estaba en mal estado de conservación por la humedad".Nada más descubrir los cartuchos, los funcionarios registraron el módulo (que alberga a 25 internos) ante el temor de que, además, hubiese un arma para dispararlos. El resultado fue negativo.

El hallazgo ocurrió sólo un día antes de que el director de Instituciones Penitenciarias, Ángel Yuste, convocase en Madrid a los responsables de las cárceles para expresarles su alarma por la laxitud en las medidas de seguridad. Y es que en menos de dos meses se han escapado siete presos (algunos muy peligrosos) y otros seis fueron aislados tras intentarlo.

Juan Figueroa, vicepresidente del sindicato de prisiones ACAIP, mostró su "asombro por tan inquietante descubrimiento", y pregunta: "¿Córno es posible que hayan podido entrar seis balas en una prisión de máxima seguridad sin ser detectadas, y más aún en las duchas de un módulo donde hay internos de ETA".

El hallazgo de las balas ha coincidido con un alarmante goteo de fugas. Desde el 26 de octubre -en que huyó de Madrid-Carabanchel un narco portugués- y hasta el puente de la Inmaculada se han escapado siete presos de distintos presidios, y seis más lo han intentado. En la última semana de noviembre hubo siete fugas, dos de ellas frustradas. Durante el puente de la Inmaculada, dos presos en Valencia fueron sorprendidos cuando ya habían logrado saltar los muros.

El pasado 27 de noviembre se evadían de Vigo los peligrosos Alfredo Sánchez Chacón, Rambo, y otro apodado Canceliñas, valiéndose de sábanas anudadas. Ese mismo día, otro recluso peligroso, Francisco José Márquez Ballesteros, forzó unas rejas del hospital penitenciario de Carabanchel, a donde había sido trasladado desde la cárcel de Soto del Real (Madrid). Saltó un muro y ganó la calle, pero fue detenido por la Guardia Civil nada más pisar el exterior, oculto entre unos coches, al saltar las alarmas del centro. Márquez estaba clasificado en primer grado y, por tanto, debía haber estado vigilado constantemente.

El 25 de noviembre, dentro de una auténtica semana negra, Francisco Toribio Jiménez se evadió de la sección abierta de Valdemoro (Madrid) y fue detenido más tarde cuando paseaba por Vallecas. 24 horas después, Juan Francisco Sicilia. Montenegro, se escapó de la sección abierta de Tenerife II tras ser informado de que iban a trasladarlo a un módulo cerrado. El 29 de noviembre, A. E. M. y C. A. H. se evadieron por los teja dos de la prisión de Lanzarote.

Según Instituciones, Penitenciarias, no hay motivo de "alarma" y precisa que hasta "el pasado 26 de octubre no se había producido este año ninguna fuga". Señala que las evasiones han descendido y recuerda que en 1990 hubo 18; 24 en 1991; y 26 en 1992.

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