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MONTAÑISMO

Descontento entre los viajeros por las restricciones en el tren de Cotos

Los montañeros que suben en tren los fines de semana desde Cercedilla a Cotos tienen que adaptar, desde hace dos fines de semana, el regreso de su excursión al horario que Renfe les permita. Esta "medida restrictiva" según la calificaron el sábado varios madrileños, ha levantado la polémica entre los cientos de excursionistas que suben a la sierra madrileña en este medio de transporte público.

Renfe obliga a sus viajeros a coger otro tren en caso de que el que hayan elegido inicialmente esté ya al completo. Los excursionistas piden que "en lugar de restricciones se pongan más vagones".Hasta hace dos semanas, el trayecto de vuelta de Cotos a Cercedilla, sobre todo en el tren de las 16.43 y en los que salen una y dos horas más tarde, era una auténtica odisea. Los viajeros iban apiñados como sardinas en lata y tenían que vigilar que el vecino no les sacara un ojo con los bastones de esquiar. Los últimos que se subían al tren tenían que sentarse en el suelo o pasar de pie los 45 minutos del trayecto de vuelta. Para disminuir semejante barullo, Renfe ha duplicado de dos a cuatro el número de vagones, con lo que se ha pasado de una capacidad de 210 viajeros a otra de 420. Muy poca gente espera hasta el último tren, que sale de Cotos a las 19.43, para bajar a Cercedilla porque, "a esa hora, en la montaña ya es noche cerrada y hace mucho frío", explicó el sábado un excursionista en la estación de Cotos.

Aumentar la capacidad del tren era todavía una medida insuficiente para atender la enorme demanda. Por eso Renfe estrenó hace dos fines de semana un nuevo método para reordenar los retornos: obliga a los madrileños a programar el viaje de vuelta en función de cómo baje de lleno el tren. Si está completo, los usuarios deben elegir un horario distinto al que tenían pensado.

"Para evitar precisamente las aglomeraciones en los vagones, que perjudican tanto a los viajeros como a los empleados de la estación, es por lo que ahora se tiene que hacer la reserva del billete de vuelta desde la salida", explicó ayer un funcionario del ferrocarril en Cercedilla.

"Lo que tienen que hacer es poner más vagones en los trenes más solicitados. Porque con lo que cuesta este trayecto [1.500 pesetas un billete de ida y vuelta] y el número de viajeros que lo utilizan [sólo a lo largo del puente de la Inmaculada se han subido a este tren más de 3.000 personas], la línea tiene que ser rentable para la compañía", señalaba el sábado un viajero.

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