¿Taxista solidario?
Todavía no salgo de mi asombro cuando el día 24 de noviembre me dirijo con mi hijo, de tres años de edad, al hospital Carlos III en Madrid (yo vivo en Alcalá de Henares). Viajo en el tren de Cercanías y, al llegar a Chamartín, me dirijo a coger un taxi, espero en la parada, me toca mi turno y me subo con el niño. El taxista me pregunta mi destino y le contesto que me dirijo al hospital Carlos III. Arranca el vehículo y, no con muy buena cara, empieza a tocar el taxímetro. Mi sorpresa es cuando a unos cien metros de carrera me dice que no me puede llevar porque tiene el taxímetro estropeado. Le digo que, por favor, me acerque que llevo un niño pequeño, pero el señor me sigue contestando que no puede. Lo último que le digo es que, por favor, me acerque a la parada para que me recoja otro compañero.Me bajo del vehículo sorteando los coches, y tengo que volver a esperar en la parada a otro compañero que, al montarme en el taxi, me pregunta el destino y le vuelvo a decir que al hospital Carlos III. Tampoco me mira con buena cara, y de repente comprendo el porqué: es una carrera corta y no les compensa.-
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