"Madrid consigue transmitirnos a todos alegría"
Para unos es un hada con ojazos de cielo; muchos la recuerdan todavía cuando, recién llegada a Madrid a finales de los setenta, se convirtió en la musa del erotismo del momento (con Bilbao, de la mano del director Bigas Luna. Pino Aprile, subdirector de Oggi, la define como una verdadera "mamífero hembra", siempre impresionada ante los números uno. Algo de eso tiene que ser, porque, al menos los dos últimos libros publícados por la Pisano son el recuerdo de dos relaciones: el gran hombre de su vida y de quien enviudó después de una larga relación, Waldo de los Ríos (Agua entre los dedos, vida y muerte de Waldo de los Ríos) y, a larga distancia, Yasser Arafat (A solas con Arafat) con quien mantuvo un idilio que duró siete meses en los duros años previos a la creación del Estado palestino. Fue la única reportera de la prensa internacional en Bagdad en la segunda Tormenta del Desierto, y ha dirigido para la RAI diferentes series sobre el integrismo islámico o la guerra de Somalia. Sus entrevistas a políticos como Craxi, Gaddafi, Benazir Bhutto o sus investigaciones sobre la Mafia son algunos de sus trabajos.Pregunta. ¿Cómo cabe definir quehaceres tan dispares?
Respuesta. Bueno, quiero ser escritora, sin más, pero me tira la noticia. Me apasionan los acontecimientos y las personas, ya sea Gorbachov, un asesino o esa persona que tiene en su mano el dar una orden para matar o empezar una guerra. Desgraciadamente, la realidad tiene más fuerza que una novela, y esa fuerza me tiene atrapada.
P. Y sus entrevistados, hay momentos en los que también la atrapan...
R. Me fasciné en su momento con los hermanos Tavianni, con Visconti, Antonioni... pero al final te das cuenta de que todas las personas estamos hechas del mismo fango.
P. ¿Es verdad que su relación con Arafat empezó por una incorrecta traducción de su intérprete?
R. Él tenía unos ojos como con conjuntivitis, me miraba y me decía que yo tenía sangre palestina en las manos, me lo decía besándome las muñecas...
P. Alrededor de su relación sentimental con el líder palestino en los años del exilio, narra las escenas de la supervivencia de un pueblo.
R. Y el horror de muchas matanzas como las de Líbano, Basora o Sarajevo. Siempre veo igual la realidad. Yo situada del lado de los más débiles, los vencidos, ya sean los palestinos o las prostitutas de Bombay.
P. En cambio, en su vida compartida con Waldo de los Ríos aprendió lo que es la música.
R. Para mí, Agua entre los dedos es, más que un libro, una catarsis. Una forma de volver a estar con él; le estoy esperando.
P. Y ahora parece que se queda a vivir en Madrid.
R. Sí, esta ciudad consigue transmitirnos la alegría.
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