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FÚTBOL: 15º JORNADA DE LIGA

El Barça recupera el Iiderato

Los azulgrana ganan en Zaragoza tras ofrecer un gran primer tiempo

Guardiola zanjó en La Romareda todos los debates abiertos sobre las posibilidades y los sistemas de Van Gaal. La vuelta del medio centro devolvió al equipo azulgrana el gusto por el balón, la movilidad, la verticalidad y el hambre de gol, aunque sólo fuera durante 45 minutos. Porque tras la reanudación, el Barcelona repitió errores. Le entró el miedo en el cuerpo; se echó atrás, ayudado por la inclusión de Couto, y se dedicó a defender el resultado. Perdidas la frescura y la ambición, fue el equipo ramplón hasta ahora conocido. Le bastó medio tiempo, sin embargo, para recuperar también el liderato, pues el empate del Madrid en Oviedo rentabilizó aún más la primera parte azulgrana en La Romareda.Lo sucedido en Zaragoza durante el primer periodo no tiene nada que ver con los tres últimos desplazamientos, en los que el Barcelona había sucumbido, y la recuperación llegó ante un equipo bien plantado, cuajado de jugadores de una más que aceptable calidad técnica y que a pesar de los goles barcelonistas mantuvieron su gusto por el buen fútbol.

Fueron 45 minutos de escuela holandesa, en los que se vio a un equipo que en muchos instantes recordaba los mejores tiempos de Cruyff o Van Gaal. La transformación se fundamentó en la presencia de Guardiola. Dio fortaleza al medio campo, sentido al juego ofensivo y criterio a un equipo que hasta ahora apenas había mostrado sus señas de. identidad. Con Guardiola, el trío de medias puntas pasó a ser letal. Figo, Giovanni y Rivaldo sacaron partido de los cambios de orientación de Guardiola y con sus servicios pusieron cerco a la meta de Juanmi. Mientras, Celades, que recuperaba el puesto de libre, cubría a la perfección las carencias de Abelardo y Ferrer.

En esos minutos nada fue como había sido hasta ahora en el Barcelona. Por primera vez ganaba y convencía. Y todos los aspectos de su juego que hasta ahora habían sido analizados como anacrónicos resultaban incuestionables. Hasta los marcajes índividuales fueron ayer indiscutibles. Hombres tan poco sospechosos como Aragón, Kily González y Gustavo López no encontraban la forma de hacer un regate o provocar un servicio en buenas condiciones. Las oportunidades azulgrana eran numerosísimas y la posibilidad de una goleada se cernía sobre La Romareda.

No varió la disposición táctica de ninguno de los dos equipos tras el descanso, pero sí la anímica. El Barcelona salió agarrotado, sin frescura y sin profundidad. Tuvo mucho que ver la aparición sobre el césped de Aragón, el hombre con más visión futbolística en el Zaragoza. Arrebató a Guardiola el testigo y se convirtió en dueño del balón.

Van Gaal se contagió del miedo que parecía atenazar a sus jugadores y dio entrada a Couto para reforzar el medio campo con Celades. Sin Figo, el Barcelona perdió su capacidad de intimidación en la línea de tres cuartos y la fortaleza que había mostrado en el primer periodo. Fueron 45 minutos de un Barcelona nuevamente vulgar, sin presencia y sin identidad, al que sólo la calidad de sus jugadores salvaba.

Aragón devolvió la emoción-, lo único de lo que carecía el partido, a poco de la reanudación. Fue un gol que espoleó al Zaragoza y permitió comprobar que los 45 minutos iniciales del Barcelona todavía no se pueden considerar algo natural y que falta tiempo y mucho trabajo para que los azulgrana asimilen los planteamientos de Van Gaal. Baste señalar que Hesp, con dos sensacionales intervenciones, evitó el empate en unos minutos en los que el conjunto azulgrana ni siquiera pisaba el área.

Hubo conclusiones meridianamente claras. La contundencia de Couto está reflida con el juego de despliegue y cambio de orientación de Van Gaal; Guardiola es imprescindible, y en los metros finales, el Barcelona no puede prescindir de Figo y Rivaldo. Pese a administrar fuerzas, el Barça salió líder de la jornada.

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