Un partido sensacional
Imaginación. El Atlético jugó a impulsos. En uno de ellos, Lardín con un golpe de imaginación arregló una jugada que había nacido a trompicones. Empezó teniendo dificultades para sacar la pelota jugada desde atrás. El medio campo no contribuyó hasta bien entrada la primera parte. Las tres o cuatro veces que llegó hasta el área tuvo peligro.Faltaba claridad. El Depor comenzó el partido ejerciendo bien la presión, lo que le permitía recuperar pronto el balón. No obstante, en la primera ocasión que fue superado encajó el primer gol. Con el paso de los minutos dicha presión se fue debilitando. Sacaba bien jugado el balón desde atrás pero en el último tercio del campo faltaba claridad. Su mayor peligro llegaba con centros desde la derecha o tiros desde fuera del área. Consiguió el primer gol en los minutos que más velocidad imprimía su juego.
Más ritmo. En la segunda mitad, el Deportivo imprimió más ritmo y profundidad a su Juego. Se mostró más ambicioso, lo que en ocasiones le originó cierto desorden. No obstante, los continuos fueras de juego en los que incurrió le restaron efectividad. Songo'o realizó buenas intervenciones.
Todo bien. Los dos equipos buscaron la victoria hasta el final en un partido sensacional. El ritmo fue frenético en los últimos minutos. Fue una pena que se acabara. A la altura del encuentro estuvieron Mauro Silva y el árbitro. El brasileño es el centro neurálgico del Depor. Lo hace todo bien: recupera infinidad de balones, los defiende como nadie y los da con sentido y sin arriesgar. El de negro dio una lección: demostró personalidad, no se dejó influenciar por las reclamaciones y facilitó la agilidad del juego sin cortarle absurdamente. Todo sin ningún aspaviento.
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